Resumen
El objetivo de este estudio es explicar la
vocación productiva artesanal de Cherán en el estado
de Michoacán y su relación con el desarrollo
comunitario. El análisis se centró en determinar dónde
se encuentra la mayor concentración de artesanos en la
entidad, para ello se realizó un diagnóstico regional
a partir de los datos del padrón de artesanos del Instituto
del Artesano Michoacano (IAM) y se hicieron recorridos de campo por
la comunidad de Cherán. Los resultados revelaron que el
sector artesanal rural se encuentra concentrado en la meseta
purépecha y no en los puntos de convergencia turística.
En la región purépecha resalta la actividad artesanal
de la comunidad de Cherán K’eri. Se encontró que
la vocación artesanal de Cherán K’eri está
enfocada en su mayoría en textiles
(76.22%), las maderas (15.45%), la juguetería (6.42%), la
metalistería (1.56%) y las fibras vegetales (0.35%). Sin
embargo, existen limitaciones y áreas de oportunidad para
llevar a cabo acciones a largo plazo para el fomento del desarrollo
comunitario. Se pretende que esta
información sea de utilidad para intervenciones futuras del
IAM, otras instituciones, actores involucrados en el sector y para
el diseño de estrategias de desarrollo comunitario que
reconozcan y apoyen a la actividad artesanal rural.
Palabras clave
Sector artesanal, desarrollo comunitario,
Cherán K’eri, vocación artesanal.
Abstract
The objective of this study
is to explain the artisanal productive vocation of Cherán in
the state of Michoacán and its relationship with community
development. The analysis focused on determining where the highest
concentration of artisans in the entity is located, for which a
regional diagnosis was made based on the data from the artisan
register of the Instituto del Artesano Michoacano (IAM) and field
trips were made through the Cheran community. The results revealed
that the rural craft sector is concentrated in the Purépecha
plateau and not in the points of tourist convergence. In the
Purépecha region, the artisan activity of the Cherán
K’eri community stands out. It was found that the artisan
vocation of Cherán K'eri is focused mostly on textiles
(76.22%), wood (15.45%), toys (6.42%), metalwork (1.56%) and
vegetable fibers (0.35%). However, there are limitations and areas of
opportunity to carry out long-term actions to promote community
development. It is intended that this information be useful for
future interventions by the IAM, other institutions, actors involved
in the sector and for the design of community development strategies
that recognize and support rural craft activity.
Keywords
Craft sector, community
development, Cherán K'eri, craft vocation.
Introducción
El presente
artículo aporta información sobre la vocación
productiva artesanal y su relación con el desarrollo
comunitario del municipio de Cherán en el estado de Michoacán.
Se parte de considerar a la artesanía como componente
importante de las expresiones culturales y productivas que se
mantienen en las comunidades rurales de la entidad.
En las familias del campo existen diferentes roles, actividades,
usos, costumbres y reglas que cumplir para la armonía
familiar, pero también para poder subsistir y cubrir las
necesidades básicas como las de la alimentación,
vestido, vivienda y las de la comunidad. Dentro de las actividades
complementarias del campo se encuentra la elaboración de
artesanías para distintos fines. Las artesanías forman
parte de las múltiples fuentes de ingresos de las comunidades
y también remiten a aspectos culturales que dan cuenta de la
historia y de la representación simbólica de los
pueblos que las producen (Rotman, 2002 y 2007).
La información que aquí se presenta se deriva de la
revisión documental, el análisis de los datos del
padrón del Instituto del Artesano Michoacano del año
2017, y de entrevistas realizadas en la comunidad de Cherán.
Para determinar la vocación productiva artesanal de Michoacán
y Cherán se utilizaron los datos del padrón del IAM
(2017), y se consideró el número de artesanos
registrados por rama artesanal en cada municipio. Ello permitió
identificar la concentración territorial de la actividad y las
artesanías más importantes en la entidad y en el
municipio objeto de estudio. Los datos obtenidos permiten afirmar que
Michoacán posee una vocación artesanal diversa y es una
de las entidades que más destaca en los onces ramas de la
producción artesanal. Además, el acercamiento con los
productores de artesanías revelan la importancia de la
actividad y las principales dificultades que enfrentan los artesanos
en las comunidades rurales.
El documento se organiza en cinco partes. Primero se presenta la
definición de artesanía, vocación artesanal y
desarrollo comunitario, en un segundo momentos se describe la
actividad artesanal en Michoacán, después se presenta
la vocación artesanal en la entidad. En el cuarto apartado se
presenta la vocación artesanal de la comunidad de Cherán
K’eri y la importancia de dicha actividad para el desarrollo
comunitario. En el quinto apartado se presenta la discusión y
por último se exponen las conclusiones.
Artesanía, vocación productiva artesanal y
desarrollo comunitario
Al mencionar el término artesanía se tiene claro que es
un producto de identidad cultural comunitaria, hecho por procesos
manuales continuos, auxiliados por implementos rudimentarios y
algunos de función mecánica y utilizando materia prima
que se encuentra en cada región. El dominio de las técnicas
tradicionales de patrimonio comunitario permite a la o el artesano
crear diferentes objetos de variada calidad y maestría,
imprimiéndoles valores simbólicos e ideológicos
de la cultura local (FONART, 2018).
A menudo se suele afirmar que
“… una artesanía es un objeto o producto de
identidad cultural comunitaria, sobre todo, porque los procesos
manuales continuos y el uso de la materia prima es obtenida de la
región donde habita el artesano. En otras palabras, es un
proceso que se ha mantenido por generaciones y en donde la materia
prima identifica a la región, ya sea por su producción,
cultivo y preparación. De ahí que, según el
desarrollo de los pueblos, la artesanía podía
diferenciarse de un pueblo a otro. Además, el uso de técnicas
e instrumentos de trabajo vendría a caracterizar el objeto o
artesanía creada”. (Rivas, 2018, p. 81, 90).
El artesano es entonces, la persona cuya habilidad natural o dominio
técnico de un oficio, con capacidades innatas o aprendidas,
con conocimientos prácticos o teóricos, elabora bienes
u objetos de artesanía. Siendo la actividad artesanal, un
trabajo realizado manualmente en forma individual, familiar o
comunitaria, que tiene por objeto transformar productos o sustancias
orgánicas e inorgánicas en artículos nuevos,
donde la creatividad personal y la mano de obra constituyen factores
predominantes que les imprimen características culturales,
folklóricas o utilitarias, originarias de una región
determinada, mediante la aplicación de técnicas,
herramientas o procedimientos transmitidos generacionalmente (FONART,
2018).
Al sector artesanal se le considera una forma de actividad práctica
por su valor de uso y también espiritual. Es una forma de
trabajo que tiene la peculiaridad de conservar la unidad primigenia
entre lo bello y lo útil característico de muchas
producciones anteriores a la Revolución Industrial y que se
realizaban a partir de un encargo por ser utilitaria, atendiendo a la
satisfacción de su doble función estética y
utilitaria. La creación puede ser individual o colectiva, pero
en sentido general es un tipo de actividad que promueve formas de
organización social basadas en la asociación y la
cooperación que favorecen la consolidación del sentido
de pertenencia y la cohesión social de la familia y la
comunidad (Medina y Armas, 2020).
Unas veces su alcance es limitado y se produce para satisfacer sólo
necesidades en el marco del autoconsumo individual o colectivo, otras
veces se crean para ser comercializadas y generar beneficios
económicos al productor o los productores, e incluso para el
mercado turístico y de exportación (Benítez,
2018).
Aunque permanece dentro del sector, la intención de hacer del
oficio una actividad laboral asalariada digna y acceder a la
seguridad social garantizada por los sistemas gubernamentales, se ha
transformado en una utopía2
(Medina y Armas, 2020).
Las garantías de estabilidad laboral y la persistencia en el
tiempo para determinados oficios, muchos de los cuales
inexorablemente tienden a desaparecer, son cada día más
difíciles. Las dificultades para la adquisición de
activos productivos refuerzan la reproducción
intergeneracional con esquemas de desigualdad y de pobreza. Los
circuitos crediticios son poco accesibles y de alto riesgo en la
actual situación. El crédito es costoso y genera temor
en quienes lo requieren. Estos son signos negativos para los
diferentes actores de la producción artesanal (Benítez,
2018).
Ahora bien, el origen de las artesanías mexicanas proviene de
las zonas rurales, gracias a que los artesanos se han valido de los
recursos naturales de su región, como el barro, madera,
fibras, talavera, cobre, entre otros para crear sus diseños
(Forbes, 2014).
En este sentido, “México posee una vocación
artesanal diversa. Los 32 estados de la República tienen
múltiples ramas artesanales [..] los estados que más
destacan en los once grandes tipos o ramas de la producción
artesanal son: Estado de México, Michoacán, Hidalgo,
Puebla y Oaxaca, donde se centra la mayor cantidad de localidades
productoras” (Saligan, et al., 2017, p. 1201).
La continuidad histórica de la vocación artesanal en
México está arraigada entre la población de las
distintas comunidades indígena rurales. Aunque los saberes se
han ido complementando y creando nuevas formas de utilizar la
naturaleza, mucho del conocimiento artesanal perdura gracias a que
las familias de artesanos se han encargado de transmitir su saber y
técnicas a las nuevas generaciones, perpetuando valores
culturales materiales e inmateriales como recurso.
Sin embargo, como explica Turok (1988), las zonas rurales cuentan con
marcados obstáculos y carencias. Resalta, por ejemplo, la
carencia de tierras para asegurar la producción de auto
consumo y para el mercado, y la falta de infraestructura de
servicios. Así, el hecho de acceder a una pequeña
porción de tierra para un grupo creciente de familias rurales,
resulta actualmente insuficiente para cubrir las necesidades básicas
de dicha población, por ende, algunas personas del medio rural
complementan la agricultura con actividades como la artesanía
para tener otro ingreso (Medina y Armas, 2020).
En ese sentido, la actividad artesanal no sólo tiene
importancia cultural sino también económica pues se
presenta como una de las principales alternativas de autoempleo para
ciertos grupos de población que viven en comunidades rurales
marginadas, sin embargo, por la posición geográfica de
las unidades de producción, fuera de los centros urbanos y de
consumo directo, su comercialización se complica (Pérez,
et al., 2017).
Ahora bien, la vocación productiva artesanal entendida como
las aptitudes, capacidades, habilidades y conocimientos especiales de
los actores sociales involucrados para elaborar productos de manera
manual en una región o territorio, en virtud de la tradición
y arraigo de sus manifestaciones y componentes (materia prima,
portadores, productos, usos y sentidos), representa una posibilidad
para mejorar el desarrollo comunitario y disminuir las desigualdades
entre comunidades aprovechando el potencial endógeno. Ello
implica reconocer y fortalecer las actividades productivas u oficios
de la localidad, que permitan absorber la demanda de empleo local
(Rojas, 2009). Sin embargo, “la compatibilidad entre la
vocación del territorio y la actividad que efectivamente se
está realizando en él no siempre coinciden” (de
la Vega, et al., 2008, p. 9).
Por tanto, definir las vocaciones y potencialidades del territorio,
resulta esencial para construir escenarios de desarrollo comunitario
que prioricen las necesidades de la comunidad y establezcan proyectos
específicos para dar respuesta a dichas necesidades,
impulsando la participación organizada de la población
bajo los principios de cooperatividad, ayuda mutua y colectividad.
De esta forma se asume que el desarrollo comunitario pone énfasis
en la intencionalidad de los procesos subjetivos y
superestructurales, tales como el fortalecimiento de la
participación, el desarrollo de la conciencia, el
fortalecimiento de la identidad y el sentido de pertenencia (Macías,
2013).
Bajo los principios del desarrollo comunitario
“las comunidades tienen derecho a participar en las decisiones
que afecten sus condiciones de vida y trabajo. La participación
real requiere la intervención de la comunidad en todas las
fases de la mejora de la ciudad, pueblo o aldea: planificación,
complementación, mantenimiento y supervisión. La
participación se debe construir desde la igualdad entre los
sexos, e incluir a los jóvenes y ancianos. La comunidades
deben impulsar su propio desarrollo y resolver sus problemas desde
sus capacidades, recursos y las materialidades de las que se ha
apropiado” (Carvajal, 2011, p. 39).
El desarrollo comunitario no es para beneficiar a unos cuantos, ya
que su objetivo básico es la colectividad. Es importante
diferenciar este aspecto, porque no es raro que el desarrollo
comunitario se desvíe hacia la atención de problemas
individuales y se transforme en asistencia social, que en cierto
momento puede ser un componente, pero no el más significativo,
en virtud de que el desarrollo comunitario es principalmente acción
social colectiva (Macías, 2013).
Así, desde la perspectiva del desarrollo comunitario, la
artesanía debe entenderse en un sentido amplio que contemple a
la actividad artesanal como un factor de desarrollo. Esto requiere de
la compresión del carácter polifacético y
multifuncional de las artesanías como condición para
que puedan ser interconectadas con los procesos económicos,
sociales, culturales y ambientales. La actividad artesanal en las
comunidades es importante porque la población vive en
comunidad, generan su propia fuente de trabajo aprovechando los
recursos que brinda el lugar, evitando el desarraigo y poniendo en
valor la cultura, costumbres e historia además de la vivencia
cotidiana (Gallo y Peralta, 2018).
En síntesis, el dominio de las técnicas tradicionales
para crear artesanías suelen ser parte del patrimonio
comunitario cargado de valores simbólicos e ideológicos
de la cultura local. En este marco, la actividad artesanal puede
significar una ruta importante hacia el desarrollo comunitario.
Asimismo, esta significa para muchas familias rurales indígenas
la generación de recursos económicos para la
reproducción social y cultural.
La actividad artesanal en Michoacán
El estado de Michoacán se ubica en el
centro-oeste del territorio mexicano, comprende 113 municipios y de
acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo
Municipal (INAFED) Michoacán se divide en 10 regiones: Lerma
– Chapala, Bajío, Cuitzeo, Oriente, Tepalcatepec,
Purépecha, Pátzcuaro – Zirahuén, Tierra
Caliente, Sierra – Costa e Infiernillo.
Cuenta con una población de 4,748,846 habitantes,
hay 8,423 localidades rurales y 221 urbanas. A
nivel nacional hay 185,243 localidades rurales
y 4,189 urbanas. En el estado de Michoacán los
hablantes de lengua purépecha representan 82.5%, los mazahuas
2.8%, los nahuas 2.6% y los otomíes 0.5% de un total de 105
578 hablantes de lenguas indígenas (INEGI, 2020). Entre
sus principales actividades productivas se encuentran el
comercio, agricultura, crianza de animales, aprovechamiento forestal,
servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e
intangibles, transporte y almacenamiento y el sector artesanal
(Gobierno del Estado de Michoacán, 2017).
El sector artesanal en Michoacán es altamente significativo en
términos de identidad nacional por su valor histórico,
cultural, tradicional, artístico y económico. Además
representa la expresión de las etnias indígenas que
habitan el Estado y una cantidad importante de población
mestiza dedicada a la actividad artesanal. Los grupos étnicos
son purépechas, nahuas, mazahuas y otomíes, los cuales
se encuentran asentados en comunidades con un alto índice de
marginación.
Es importante manifestar, que el estado de Michoacán cuenta
con 16 ramas de producción artesanal, mismas que a su vez se
materializan en miles de productos agrupados en lo que
convencionalmente conocemos como subramas. Michoacán, se
encuentra entre los estados que poseen el mayor número de
artesanos, ramas y productos artesanales a nivel nacional, generando
gran diversidad artesanal.
Las artesanías originarias del Estado son consideradas como
parte de su patrimonio y relevantes en su historia, identidad y
cultura, como un producto único e irrepetible con una carga
histórica importante, así como un oficio tradicional y
representativo que significa un medio de sustento para miles de
familias michoacanas que viven de este sector (IAM, 2019).
Las ramas artesanales, responden a un conjunto de técnicas de
producción en las que se utilizan materias primas similares o
complementarias, procesadas para crear productos u objetos comunes
entre sí, y que a su vez pueden estar asociadas a algunas
subramas, las cuales se componen de una variedad de técnicas
particulares de ejecución que se aplican para lograr el
producto final (FONART, 2018).
El Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART)
es un Fideicomiso público del Gobierno Federal, sectorizado en
la Secretaría de Desarrollo Social, mismo que surgió
como una respuesta a la necesidad de promover la actividad artesanal
del país y contribuir a la generación de un mayor
ingreso familiar de las y los artesanos, mediante su desarrollo
humano, social y económico. De acuerdo con FONART (2018) las
ramas artesanales son:
Fibras
vegetales.
Estas incluyen la elaboración de piezas tejidas con las
fibras vegetales como la palma, vara de sauce, carrizo, jonote,
mimbre o bejuco entre otras.
Textiles.
Incluyen tres tipos de producciones: el textil indígena, el
cual está tejido en telar de cintura. En estas prendas
convergen técnica, tradición, simbolismo, cosmovisión
y arte. El llamado textil “mestizo” elaborado
artesanalmente, representado en su mayoría por su producción
de gabanes, jorongos, sarapes y rebozos que, por lo general, se
tejen en telar español llamado de “pedal” o
colonial. El bordado y deshilado: blusas, manteles, caminos de mesa,
cojines entre otros enseres decorados con técnicas de
bordados: tendido, fruncido, pepenado fruncido, punto de cruz y
ornamentadas con chaquira, entre otras piezas textiles.
Madera.
Esta incluye muebles y piezas elaborados con madera en diferentes
técnicas como la incrustación de concha de abulón
o madera, tallado, torneado, estofado y policromado.
Maque
y Laca.
El término “laca” es un vocablo persa, en tanto
que “maque” es árabe, y a ambos se les atribuye
el mismo significado, que consiste en el recubrimiento y decoración
de cortezas vegetales y de frutos y objetos de madera, combinando
minerales que se aglutinan por medio de un aceite vegetal, chía,
o animal, que se adhieren a las superficies, para obtener una
superficie brillante y tersa. Se elaboran cajas, arcones, charolas y
platos de madera decorados, bisutería, juguetes y muebles.
Instrumentos
musicales.
Tales como instrumentos de percusión, aliento y cuerdas
elaborados manualmente con materias primas de origen natural y que
son utilizados en las danzas y fiestas populares o sacras.
Juguetería.
Estos suelen ser lúdicos, en materiales como la alfarería,
metalistería, maderas, textiles y fibras vegetales, su
característica es que son objetos pequeños que
permiten ser manipulados por los niños.
Lapidaria
y cantería.
La cantería es la actividad artesanal donde se talla la
piedra dura, no finas, como es el caso de diferentes basaltos,
algunas de origen volcánico y las canteras que en México
suelen ser de color negro y rosado. Respecto a la lapidaria, este
término se aplica exclusivamente al tallado de piedras
preciosas o semipreciosas.
Vidrio
(Hialurgia).
Incluyen objetos de uso cotidiano, de servicio y de ornato,
elaborados con las técnicas de vidrio soplado, vidrio
escarchado, de burbuja, prensado, estirado, esmaltado, caso con
metal y el de pepita. La materia prima para esta artesanía es
el simple vidrio de desperdicio: pedacería polícroma,
de todos los orígenes y calidades.
Talabartería
y Marroquinería.
Trabajo de piel curtida de animales autorizados para su
transformación. Contiene todas las técnicas de
decorado para la elaboración de piezas de uso personal como
botas, cinturones, sillas de montar, etc.
Papel
y Cartón.
Elaboración de papel ceremonial mexicano, papel amate; y
papel de china de uso festivo social y religioso, en los trabajos de
cartonería reflejan expresiones lúdicas cargadas de
simbolismos y costumbres como los judas y los alebrijes.
Plástica
Popular.
Incluye cuadros en soporte plano de concha, plumaria, chaquira,
lana, estambre, o bordados; pueden ser grabados como jícaras,
calabazos y todo aquel donde se contengan expresiones plásticas
relacionadas con la vida cotidiana de los pueblos o bien
manifestaciones de la cosmogonía de los grupos culturales.
Cerería.
Incluye
velas decoradas con las técnicas de escamado y de bordado,
piezas de cera destinadas para las mayordomías de uso ritual,
así como figuras realizadas con molde.
Pirotecnia.
Incluye piezas como judas, toritos, o castillos y demás
expresiones artesanales relacionadas con las festividades, donde
convergen distintos materiales como de fibras duras, cartonería,
papel y pirotecnia.
Metalistería.
Incluye objetos elaborados con metales no preciosos, destacando las
piezas de cobre martillado, hierro forjado, plomo, bronce y hoja de
lata, materiales con los que los artesanos de México vienen
trabajando desde hace muchos años. Joyería: incluye
piezas elaboradas en metales preciosos, oro y plata como accesorios;
arracadas, aretes, collares, o pulseras. También incluyen
trabajos de bisutería que pueden lograrse con la utilización
de materiales como el barro, madera, concha, cuerno de toro,
textiles, chaquira, ámbar, semillas, hueso, fibras, entre
otros.
Orfebrería.
Es el trabajo artístico realizado sobre utensilios o adornos
de metales preciosos, o aleaciones de ellos como el oro, plata u
otros metales preciosos.
Alfarería
y cerámica.
Se considera la producción de objetos elaborados con barro al
natural, alisado, bruñido y decorado con engobes tanto de uso
cotidiano, ritual o de ornato. También la alfarería
vidriada que se introduce a México en la época
colonial. Asimismo, las piezas de barro policromadas en frío
y los objetos de alta temperatura realizados con pasta cerámica
(FONART, 2018).
En Michoacán, al igual que a nivel nacional, las principales
dificultades que enfrentan los artesanos son: discriminación,
pobreza, falta de apoyo de instituciones gubernamentales, baja
remuneración económica, poco reconocimiento social, la
comercialización de los productos, el impacto del oficio en la
salud de los artesanos, la capacitación, sostenimiento para su
continuidad, entre otros. La situación actual de los artesanos
es una paradoja, pues, a pesar de la gran riqueza cultural que
representan como elementos que condensan aspectos históricos,
sociales, cosmogónicos y culturales, los ingresos que se
reportan en la actividad artesanal no compensan el tiempo de trabajo
y el esfuerzo físico que realizan (Saligan, et al.,
2017; Torres y Leco, 2018). En términos generales, la
artesanía tradicional ha sido sistemáticamente excluida
de las políticas de desarrollo, dado que no está
considerada como un sector que contribuya al producto interno bruto
como tal (Medina y Armas, 2020).
Vocación artesanal de Michoacán
Michoacán es un Estado conocido por su riqueza gastronómica,
su biodiversidad y cultura. En la parte cultural se reconoce la
producción del sector artesanal y cuenta con organismos
creados para su impulso y acompañamiento, tal es el caso del
Instituto del Artesano Michoacano (IAM), que es un organismo público
descentralizado del Gobierno Estatal, constituido a través de
la Ley de Fomento y Desarrollo Artesanal del Estado de Michoacán
de Ocampo. Esta ley otorga al IAM facultades y atribuciones para
fomentar, preservar, proteger y promover el desarrollo de la
actividad artesanal, para contribuir en mejorar el nivel de vida de
los artesanos michoacanos (IAM, 2019).
El IAM fue fundado en 1972 como Casa de las Artesanías del
Estado de Michoacán de Ocampo, y sus actividades se enfocaban
en la preservación y difusión del tradicional arte
popular artesanal elaborado en las distintas regiones socioculturales
de Michoacán, además de incluir la venta o
comercialización de la producción. Actualmente, el IAM
tiene como propósito impulsar el desarrollo artesanal a través
del Programa Institucional Artesanal en las siete regiones
artesanales del Estado: Centro, Occidente, Costa, Oriente, Lacustre,
Tierra caliente y Meseta; a través de la comercialización
y apoyo artesanal, financiamientos a la producción, abasto de
materias primas de calidad, capacitación en las técnicas
artesanales, así como la realización de muestras y
concursos artesanales estatales, nacionales e internacionales (véase
imagen 1).
El programa se encuentra estructurado en tres temas principales:
Comercialización, promoción y apoyo a los artesanos,
cuyo objetivo principal se centra en contribuir a incrementar las
ventas de los artesanos, a través de estrategias comerciales
que permitan elevar sus ingresos y el nivel de vida de este sector.
Equipamiento, abasto, capacitación, investigación y
difusión del sector artesanal, donde los principales
objetivos son proporcionar capacitación a los artesanos para
producir con calidad y preservar las técnicas artesanales,
así como abastecer de materia prima a bajo costo a los
artesanos.
Muestras, concursos y otorgamiento de financiamiento artesanal, el
cual tiene como prioridad beneficiar a los artesanos generando
condiciones para la venta directa de sus productos artesanales,
mediante muestras, exposiciones, ferias, tianguis dentro y fuera del
estado de Michoacán. El Concurso pretende motivar la
habilidad, conocimiento, creatividad y calidad entre los artesanos,
además de motivar la producción de artículos
novedosos. A través del financiamiento, se coadyuva en la
labor del artesano, quien tiene la posibilidad de utilizarlo en
materia prima, equipo y herramientas.
Imagen 1. Instituto del
Artesano Michoacano
Fuente.
Fotografía del IAM en Morelia, Michoacán (2020).
Entre los municipios con producción artesanal más
importantes en Michoacán, se encuentran los que pertenecen a
la denominada “Ruta Don Vasco” en la región
purépecha. Actualmente Michoacán cuenta con ocho
nombramientos de Pueblos Mágicos y, la Ruta incluye cuatro de
ellos: Cuitzeo, Santa Clara del Cobre, Pátzcuaro y
Tzintzuntzan (véase imagen 2).
Imagen 2. Ruta Don Vasco
Fuente.
Secretaría de Turismo de Michoacán (2020).
Esta ruta incluye alrededor de 120 sitios para visitar en la
denominada meseta purépecha y la Cañada. La ruta
comprende zonas arqueológicas como Tzintzuntzan o Tingambato,
eventos culturales como el Día de Muertos en Pátzcuaro,
la talla de madera, artesanías en cobre en Santa Clara del
Cobre, las piñas de loza vidriada de San José Gracia,
la alfarería punteada de Cápula y los muebles de madera
de Cuanajo, entre otros.
Capula por ejemplo, es la única población en la entidad
que cuenta con la certificación de región de origen en
tres tipos de artesanía: alfarería tradicional,
alfarería punteada y catrinas. Hay talleres de exhibición
donde se puede ver la forma en que trabajan el barro y pueden
fabricar piezas al gusto del cliente. Paracho por su parte, es
mundialmente conocido por las guitarras e instrumentos de cuerda.
También en Uruapan se producen rebozos, gabanes,
manteles, jorongos, entre otras prendas de lana o algodón.
También es reconocido por trabajos de laqueado, normalmente
sobre un fondo negro, marrón, púrpura, verde o
anaranjado, se dibujan finamente líneas que forman imágenes
de pájaros y flores; algunos de esos trazos se hacen con oro
de 24 quilates, a esto se le conoce como técnica de dorado.
Uruapan también cuenta con un Mercado de Artesanías
denominado Domingo de Ramos en donde se pueden adquirir artesanías
de todo el Estado.
De acuerdo con los datos del padrón de
artesanos del IAM, los municipios de la entidad que producen
artesanías son 49: Acuitzio, Angamacutiro, Angangueo,
Apatzingán, Aquila, Arteaga, Carácuaro, Charapan,
Cheran, Chilchota, Chinicuila, Coeneo, Cuitzeo, Erongaricuaro,
Hidalgo, Huandacareo, Huetamo, Huiramba, Jiquilpan, Lagunillas,
Lázaro Cárdenas, Los Reyes, Madero, Maravatío,
Morelia, Morelos, Nahuatzen, Nocupétaro, Nuevo
Parangaricutiro, Numaran, Ocampo, Panundicuaro, Paracho, Pátzcuaro,
Purépero, Quiroga, Sahuayo, Salvador Escalante, Tacámbaro,
Tangamandapio, Tangancícuaro, Tarímbaro, Tingambato,
Tlapujahua, Turicato, Tzintzuntzan, Uruapan y Zitácuaro. Y las
ramas que registran actividad son; el arte plumario, textiles, fibras
vegetales, juguetería, maderas, metalistería, equipales
y talabartería, alfarería, lapidaria, pasta de caña,
papel picado, cerería, laudería, maque y laca, vidrio
soplado y varios (véase tabla 1).
En cuanto a la participación que tiene
cada una de las ramas por municipio el cálculo fue el
siguiente: la información se organizó en una matriz o
cuadro de doble entrada SECRE: Rama, Municipio; que representa los
datos referidos a Rama (columna) y al Municipio (filas) y se creó
la matriz Qij (rama, municipio) con el dato de número de
personas ocupadas en cada rama artesanal (vease tabla 2 y 3. Matriz
doble).
Tabla
2. Matriz doble. Rama-Municipio
RAMA
Acuitzio
Angamacutiro
…
Arte plumario
8
0
Textiles
0
2
Fibras vegetales
0
0
Juguetería
0
0
Maderas
0
2
Metalistería
0
0
Varios
0
0
Equipales y talabartería
0
0
Alfarería
0
0
Lapidaria
0
0
Pasta de caña
0
0
Papel picado
0
0
Cerería
0
0
Laudería
0
0
Maque y laca
0
0
Vidrio soplado
0
0
Fuente.
Elaboración propia con datos del IAM (2017). Tabla
3. Base de datos de personas ocupadas en cada rama artesanal
Municipio
Rama artesanal
Tiene taller
Número de
artesanos
Acuitzio
Arte plumario
1
1
Acuitzio
Arte plumario
1
1
Acuitzio
Arte plumario
1
1
Acuitzio
Arte plumario
1
1
Fuente.
Elaboración propia con datos del IAM (2017).
Con la información obtenida del número
de personas ocupadas en cada rama artesanal por municipio se procedió
a mapear la vocación productiva de los municipios por cada
rama artesanal. Por ejemplo, en el caso de la rama artesanal de Arte
plumario, el total de artesanos por municipios que se registraron fue
de 73 (véase tabla 4).
Tabla 4. Personas ocupadas
por Rama artesanal: arte plumario
RAMA
ACUITZIO
MORELIA
PATZCUARO
TACAMBARO
TURICATO
TOTAL
ARTE PLUMARIO
8
56
3
4
2
73 Fuente.
Elaboración propia con datos del IAM (2017).
El mapa muestra que los municipios sombreados
en claro son en los que la vocación productiva en arte
plumario es predominante (Morelia 56, Acuitzio 8) y en el caso de los
municipios sombreados en color más fuerte sólo cuentan
con presencia de la rama (Patzcuaro 3, Tacambaro 4 y Turicato 2)
(véase mapa 1).
Mapa
1. Vocación productiva: arte plumario
Fuente.
Elaboración propia con base en SIAP (2019) y IAM (2017).
Al realizar
el mapeo de todos los municipios3,
se encontró que la mayor cantidad de artesanos por rama
artesanal se encuentran concentrados en la Meseta P’urhépecha
y no en los municipios que se identifican como turísticos. Lo
que indica que la actividad artesanal es importante para la población
que habita las comunidades indígenas de la región
(véase tabla 5).
Tabla
5. Matriz % de participación de municipios con registro de
artesanos
de la
Meseta P’urhépecha vs resto del Estado
RAMA
Charapan
Cherán
Chilchota
Nahuatzen
Nuevo
Parangaricutiro
Paracho
Tingambato
Uruapan
Personas
registradas en la meseta P'urhépecha
Total
registros por rama
%
participación de la meseta vs estado
Arte
plumario
0
0
0
0
0
0
0
0
0
73
0.00
Textiles
523
439
256
440
150
340
129
504
2781
5183
53.66
Fibras
vegetales
0
2
0
3
0
12
0
2
19
1844
1.03
Juguetería
0
37
0
2
14
92
0
2
147
354
41.53
Maderas
17
89
3
86
54
213
232
82
776
2354
32.97
Metalistería
22
9
0
0
0
0
0
0
31
734
4.22
Varios
0
0
14
0
0
4
0
14
32
442
7.24
Equipales
y talabartería
0
0
0
0
0
0
0
18
18
607
2.97
Alfarería
514
0
1361
0
0
0
0
2
1877
5081
36.94
Lapidaria
0
0
0
22
0
0
0
0
22
325
6.77
Pasta
de caña
0
0
0
0
0
0
0
0
0
12
0.00
Papel
picado
0
0
0
0
0
1
0
0
1
5
20.00
Cerería
0
0
0
0
0
0
2
0
2
63
3.17
Laudería
0
0
0
0
0
402
0
11
413
420
98.33
Maque
y laca
0
0
0
0
0
0
5
149
154
325
47.38
Vidrio
soplado
0
0
0
0
0
0
0
0
0
808
0.00
Total
artesanos
1076
576
1634
553
218
1064
368
784
6273
18630
Fuente.
Elaboración propia con base en IAM (2017).
Resultado.
Vocación artesanal
en Cherán K’eri
Como resultado del análisis se encontró
que la mayor parte de la vocación artesanal se encuentra en le
región de la meseta purépecha integrada
por 11 municipios, sin embargo, la actividad artesanal se observa
sólo en 8 municipios de la región, entre ellos el
municipio de Cherán K’eri (véase mapa 2). En la
región
purépecha el 43% de la
población se encuentra en situación de pobreza
moderada, 17% se encuentra en pobreza extrema, y 10% es indígena.
Adicionalmente, la región concentra más del 50% de la
producción de aguacate del Estado4
(Gobierno del Estado de Michoacán, 2017).
Mapa 2.
Región purépecha
Fuente.
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal
(INAFED, 2019).
En el caso de las zonas rurales es complicado que éstas
cuenten con apoyos y acciones suficientes para reducir la
desigualdad. A ello se adhieren problemáticas en temas
económicos, políticos, de emigración, de
organización política, de localización
geográfica o de inseguridad, como es el caso de Cheran K’eri
(véase mapa 3).
Mapa
3. Ubicación de Cherán K’eri
Fuente.
Elaboración
propia con base en datos de Google Maps (2019).
Cherán se ubica
a 123 kilómetros de la capital del estado por la carretera
Morelia-Pátzcuaro-Cherán. Cuenta con 12,753
habitantes. Es
considerado como un municipio indígena, con una densidad
de población de 95.87 habitantes por km2, con un grado de
marginación medio.
Sus principales actividades económicas son la agricultura
(siendo el principal cultivo el maíz), explotación
forestal, artesanías, costura y bordados, así como la
venta de alimentos tradicionales (INAFED,
2019).
En el 2011, la población del municipio se organizó para
impedir que un grupo de “talamontes” saliera de Cherán
con varios vehículos llenos de madera; y esto llevó a
un levantamiento en armas y al inicio de una trasformación en
diferentes dimensiones de la vida comunitaria. Dicho proceso lleva
más de once años de cambio y, por ello, el municipio ha
logrado el recono cimiento a nivel nacional e internacional como el
municipio que se gobierna a sí mismo (Ramírez, 2016).
En Cherán existe la valoración de la comunidad como
forma de vida y de organización social, de ello se ha derivado
un importante proceso de defensa del territorio, de búsqueda
de la autonomía y autogestión que ha llevado a la
reconstitución de sus formas organizativas basadas en la vida
comunitaria. Existe un gobierno comunal integrado por el Concejo
Mayor Comunal, y la comunidad se encuentra organizada en cuatro
barrios que se dividen en manzanas, cada una con un jefe, operan
además las fogatas como unidad celular de organización
vecinal (Martínez, 2017). Los barrios realizan diferentes
actividades durante el año, para eso establecen un calendario
anual de actividades en la comunidad que incluye a hombres y mujeres,
e integra actividades del campo, forestales, servicios, comercio y
producción de artesanías (véase tabla 6).
Tabla
6. Calendario anual de actividades en la comunidad
Hombres
Comercio
Migración
Mujeres
Elaboración de
artesanías
BARRIO PRIMERO
Servicios,
la ganadería, la agricultura y el aprovechamiento de la
madera
mayo a diciembre
Todo
el año
Servicios, ganadería
y agricultura
Mayo a diciembre
BARRIO SEGUNDO
Comercio, la carpintería,
los cohetes y la construcción. La extracción de
resina, la cosecha y las artesanías son relegadas en
segundo lugar
Todo
el año
El trabajo doméstico,
obtención de resina, comercio y carpintería, otras
actividades como la producción de camisetas se realizan en
junio, julio y agosto, la siembra de avena en junio y agosto
BARRIO TERCERO
El comercio, servicios,
ganadería, artesanías, forestal, apicultura y
construcción. Actividades relacionadas con la agricultura
se realizan en los meses de marzo, agosto y diciembre.
Todo
el año
Comercio, servicios,
forestal, ganadería y elaboración de artesanías.
BARRIO CUARTO
Comercio, la ganadería,
el transporte, los servicios y la resina. La siembra se realiza de
marzo a abril, la cosecha en noviembre y diciembre.
Todo
el año
El comercio, la
agricultura, elaboración de queso y leche, además de
la extracción de resina, actividades agrícolas y de
reforestación se realizan de manera intermitente en el año. Fuente.
Elaboración propia con base en datos de Concejo Mayor Comunal
(2020).
De acuerdo con lo anterior, en la organización
y realización de las actividades es importante la visión
comunitaria que fomenta las redes de apoyo mutuo entre la población
y potencia el trabajo interactivo de los artesanos de la comunidad
que nos ocupa.
Cherán es un municipio con mucha tradición,
se distingue por su actividad artesanal en la que predomina el
bordado y deshilado, joyería, así como la madera
transformada en muebles, máscaras y juguete popular. Aunque el
sector trabaja de manera individual, los artesanos convergen en
fiestas patronales, tianguis y concursos artesanales de textiles y de
madera en la comunidad indígena (Hernández, 2019).
Dichos eventos se presentan como espacios de comercialización
que aprovechan los artesanos para la venta directa de sus productos.
Ahora bien, según el padrón de
artesanos a nivel estatal, en Cherán destaca las actividades
artesanales de juguetería (37), textiles (439), maderas (89),
metalistería (9) y fibras vegetales (2). El total de artesanos
registrado en el padrón del IAM es de 576, es decir, un 8.46 %
del total estatal5.
Resalta que el menor registro de artesanos se encuentra en la rama de
fibras vegetales, a nivel estatal existen 1,844 artesanos en total y
de Cherán son sólo dos artesanos, lo que representa un
.10 %, pese a que la comunidad prioriza la conservación de los
bosques (véase gráfica 1).
Gráfica
1. Vocación artesanal: Cherán K’eri
Fuente:
Elaboración propia con datos de IAM (2017).
Dentro de las piezas recibidas por el IAM de
concursos realizados en Cherán se pueden encontrar piezas de
madera, guitarras, muebles, joyería, juguetes, etc., y en
textiles; blusas de manta tejidas con gancho y deshilados o relindos,
delantales bordados en punto de cruz con hilo de un solo color son
algunos de las piezas de la comunidad. Resulta importante señalar
que es usual que a los concursos y ferias no asistan directamente los
artesanos de Cherán, sino que son artesanos de comunidades
cercanas o intermediarios que recolectan las piezas para después
ponerlas a la venta en distintos espacios de la entidad (véase
imagen 4-5).
Imagen
3. Vendedora de textiles
Fuente.
Fotografía tomada en la Comunidad de Cherán K’eri,
octubre 2020.
Imagen
4. Venta de joyería tradicional
Fuente.
Fotografía
tomada en la Comunidad de Cherán K’eri, octubre 2020.
Imagen
5. Vendedores de bordados de la plaza
Fuente.
Fotografía tomada en la Comunidad de Cherán K’eri,
octubre 2020.
En Cherán, la población presenta una vinculación
y apropiación del territorio de manera significativa, forman
parte de éste y, por tanto, tienen la determinación de
preservar, desarrollar y transmitir de generación en
generación sus territorios y su identidad étnica. La
población, basada en su existencia continua como pueblo, así
como en el uso de sus costumbres y tradiciones como forma de
autogobierno que determina el rumbo a seguir en la comunidad,
reconocen la importancia de la actividad artesanal y plantean un
modelo que posibilita el impulso de una nueva forma de concebir y
vivir el empleo en la comunidad, que permite el desarrollo de la
actividad artesanal en la comunidad.
Artesanos como el Sr. Miguel y el Sr. Juan con más de 50 años
en el oficio del juguete tradicional, afirman que desde niños
aprendieron con sus padres y estos a la vez con familiares o bien
desde niños eran llevados a los talleres como aprendices.
Dicho oficio es rico en tradición oral, donde se les enseña
a tocar y oler la madera para saber si se puede trabajar con ella y
no presentará daño alguno al momento de cortarla,
lijarla, pintarla y finalmente al llegar a manos de los propios hijos
o de compradores. Reconocidos dentro de la comunidad por su
trayectoria e importancia, mencionan que hubo un tiempo donde las
instituciones dedicadas al apoyo del sector artesanal como FONART o
el IAM los apoyaban con cursos, capacitaciones, material, equipo de
seguridad y recurso económico como parte del apoyo al sector.
Sin embargo, estos apoyos han ido disminuyendo hasta casi desaparecer
(Entrevista, 2020).
Además, de acuerdo al informe anual de la comisión de
artesanías del último Concejo 2020-2021; se afirmó
que en la ciudad de Uruapan, Michoacán, donde se lleva a cabo
el tianguis artesanal más grande del estado se suspendió
por la pandemia Sars Covid-19, se suspendieron también los
eventos artesanales, los concursos y las fiestas patronales. Lo
anterior afectó las ventas de los artesanos donde no hay
mercados para la distribución de productos, y disminuyó
los ingresos familiares (Concejo Mayor de Gobierno Comunal, 2021).
Por último, en la comunidad de Cherán es posible
observar importantes esfuerzos para fomentar las actividades
artesanales. Resaltan en este sentido los talleres de bordado, las
invitaciones para aprendices en talleres madereros, y la venta de
productos en redes sociales. Sin embargo, no existe todavía
una estrategia comunitaria integral que recupere los recursos,
conocimientos y acciones individuales, y diseñe una ruta de
largo plazo para el sector artesanal en la comunidad.
Discusión
En las familias del campo existen diferentes roles, actividades,
usos, costumbres y reglas que armonizan las dinámicas
familiares para poder subsistir y cubrir necesidades básicas
como alimentos, vestido y las actividades propias de la comunidad.
Dentro de las actividades del campo están la siembra, laboreo,
abonado, riego, fertilización, poda, cuidados del sembradío,
cosecha, cuidado del ganado, animales de corral, pesca, cuidado de
los bosques. Y dentro de las actividades
complementarias a las del campo, entre otras, se encuentra la
elaboración de artesanías para uso cotidiano, para el
trabajo, como ornato personal, uso en rituales, juegos, danzas,
fiestas y como valor de cambio.
A los artesanos de las áreas rurales se les ve como campesinos
que producen bienes de autoconsumo, tal como lo describe la visión
campesinista; como modo de vida rural de tradición, la cual
estudia a los artesanos por la actividad que realizan. Sin embargo,
desde la antropología, el sector artesanal se ve de otra
manera, como unidades de producción familiar, porque elaboran
piezas, hechas en su totalidad, a mano. Emplean mayoritariamente,
mano de obra familiar, tienen características rurales como
complejo de organización formal, comportamiento individualista
y con actitudes sociales estrechamente unidas entre sí;
producen con herramientas simples y trabajo humano. Los estudios
desde esta perspectiva se centran en describir las particularidades
del sector y subrayan su importancia histórica y cultural
(Toledo, 2012). Sin embargo, poco se dice de su interacción
con el mercado.
Para Novelo (1976), hay una falla metodológica al hablar de
artesanías, que implica polemizar sobre las definiciones entre
arte popular, artesanías, artesanías artísticas,
manualidades, etc. Generalmente, señala
Novelo (1976), se habla de las
artesanías como resultado y no como proceso. Sugiere, en este
sentido, la necesidad de explicar el proceso de producción de
las artesanías, porque así adquiere mayor importancia,
puesto que uno de los criterios más utilizados para la
definición del concepto es el papel del trabajo manual en la
elaboración de los productos y de este modo apareció
como cuestión fundamental el estudio de las formas de
producción de artesanías, esto es, la manera en que los
individuos, como productores, se presentan ante su objeto y sus
instrumentos de trabajo; las relaciones que se entablan entre
aquéllos en el proceso de producción y el producto
resultante. Así, se conocerían no sólo las
diferentes formas de organización del trabajo de producción
de artesanías, sino el tipo de producto que emana de esas
formas de acuerdo con el trabajo que lleva incorporado (Turok, 1998).
Aunque los artesanos tienen una profusa actividad comercial,
extendida por casi todo el país, se organizan, a nivel
familiar, para no desatender la agricultura, ni las obligaciones
ceremoniales, ni los servicios comunitarios. Invierten las ganancias
artesanales en tierras, animales, viviendas y fiestas internas. En el
comercio se mueven individualmente o en familia, y realizan sus
ventas usando las redes colectivas para compartir información
sobre ciudades lejanas e instalarse en ellas reproduciendo las
condiciones materiales y simbólicas de su vida cotidiana
(García, 1977).
Por tanto, y de acuerdo a lo anterior, el estudio del sector
artesanal requiere de enfoques teóricos y metodológicos
que no solamente describan cómo se hacen las artesanías
y sus características, sino que recuperen la percepción
de los artesanos y sus procesos articulados al territorio. En ese
sentido, es necesario identificar diversas formas de organización
artesanal, los aspectos productivos comunitarios generales y su
relación con la economía nacional (Novelo, 1976).
Ahora bien, para comprender los problemas del sector artesanal en las
zonas rurales en Michoacán no sólo es necesario
describir y clasificar los procesos de producción en el
producto resultante, sino identificar las formas de organización
del trabajo artesanal desde la percepción de los artesanos
como actores clave del sector. Es evidente que el conocimiento
artesanal está arraigado en las comunidades y se expresa en la
vocación productiva de la población rural e indígena.
Por ende, los productos artesanales integran saberes, cosmovisiones,
tradiciones, usos, costumbres, respeto a los recursos naturales y el
vivir en comunidad.
Sin embargo, las problemáticas del sector
artesanal en Michoacán están vigentes, como lo
manifiesta el mismo IAM y los productores. Resalta:
La falta de recursos financieros estatales para la adecuada
operación de programas sociales que incentiven la producción
y comercialización artesanal.
La falta de canales adecuados de comercialización;
Ventas insuficientes que generan como consecuencia bajos ingresos;
Importación y comercialización de productos
manufactureros en serie o industriales, especialmente de la
República Popular de China;
Migración, deserción artesanal y cambio de actividad
productiva;
Pérdida de identidad y técnicas artesanales de
producción;
Bajo índice de desarrollo humano en el sector artesanal y
alto índice marginal;
Falta de interés de las instituciones públicas, y se
podría incluir, escases de recursos, para poder mejorar las
condiciones de vida de los artesanos.
Conclusiones
El rol que tiene el artesano tradicional no es solo el de conservar
sino transmitir tradiciones, ser capaz de generar autoempleo y
aportar con su trabajo a la economía dentro de su comunidad.
De acuerdo con este análisis se deben plantear nuevos
escenarios para la vocación y las ramas artesanales, vistas
desde su entorno y puesta en relación con contextos y procesos
más amplios. Se observa pues, que pese a las distintas
problemáticas a las que se enfrenta la actividad artesanal en
las comunidades rurales, los oficios persisten y se van adaptando a
las dinámicas de producción, comercialización y
consumo actuales.
De acuerdo con datos de FONART, son 12 millones de mexicanos los que
elaboran artesanías, lo que representa el 10% de la población
económicamente activa de nuestro país. Otro de los
resultados reveladores que arrojó el INEGI en 2011, es que la
aportación de las artesanías en el sector cultural es
del 17.8% estando por arriba de lo generado por la industria
editorial, las artes escénicas y espectáculos. Es
decir, es una actividad de gran importancia y a la cual las
comunidades aportan su trabajo.
Por su parte, la vocación artesanal
genera ingresos para las familias y para las comunidades de población
rural e indígena. Encontramos que la vocación
productiva de Cherán está enfocada en su mayoría
en textiles y maderas, y en menor medida en la
juguetería, metalistería y fibras vegetales. Dicha
vocación se sustenta en los conocimientos, habilidades,
actitudes, elementos identitarios, recursos disponibles en el lugar y
las redes con que se encuentran vinculados los procesos de trabajo y
de vida de los artesanos; y se presenta como una oportunidad para
aprovechar los factores de producción en el sector y
contribuir en la configuración del desarrollo comunitario con
esquemas participativos e incluyentes.
Es evidente que pese a los
esfuerzos de distintos actores para fomentar la actividad artesanal
existen fuertes limitaciones para los productores para poder realizar
de manera adecuada la producción y comercialización de
los productos. En este sentido, la consideración de la
multiplicidad de elementos que están presentes en el proceso
artesanal puede orientar hacia la comprensión de los problemas
que impiden mejorar la actividad artesanal y las condiciones de vida
de los artesanos en las comunidades, y simultáneamente
determinar que caminos se deben adelantar para favorecer la vocación
productiva artesanal y garantizar los recursos para su
implementación.
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México: SEP.
1
El presente texto se
sustenta en los resultados de investigación de la tesis de
doctorado "El sector artesanal para un Desarrollo Comunitario:
caso juguete tradicional en la comunidad P’urhépecha de
Cherán K’eri, Michoacán, México “.
Doctorado en Ciencias del Desarrollo Regional. UMSNH-ININEE.
Estudiante del Doctorado en
Ciencias del Desarrollo Regional. Instituto de Investigaciones
Económicas y Empresariales de la Universidad Michoacana de
San Nicolás de Hidalgo. Correo electrónico:
arimdelvalle@gmail.com
Orcid https://orcid.org/0000-0001-6752-6961.
Doctor en Ciencias en Negocios
Internacionales. Profesor del Instituto de Investigaciones
Económicas y Empresariales de la . Correo electrónico
enrique.armas@umich.mx
Orcid https://orcid.org/0000-0003-2072-2257.
2
Del lat.
mod. Utopía, isla imaginaria con un sistema
político, social y legal perfecto, descrita por Tomás
Moro en 1516, y este del gr. οὐ ou 'no',
τόπος tópos 'lugar' y
el lat. -ia '-ia'.
1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema ideales que parecen de muy difícil realización.2. f. Representación imaginativa
de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano.
(Real
Academia española: Diccionario
de la lengua española,
23ª ed., https://dle.rae.es,
2021).
3
Por cuestiones de espacio no se presentan todos los cuadros y mapas.
4
Michoacán concentra el
84.9% del volumen de producción de aguacate en México,
con más 120,000 hectáreas de cultivo certificadas para
la exportación y más de un millón de toneladas
al año. En la región Purépecha destaca el
municipio de Uruapan (El Economista, 2017)
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Sin embargo, en el 2019, el
Concejo Mayor estimaba que en el municipio existían 600
personas dedicadas a la artesanía, entre las que se podían
identificar camisas y blusas de relindo, así como de punto de
cruz, trompos, baleros, huaraches y mascarás (Hernández,
2019).
HorizonTes
Territoriales, Vol. 2, Núm. 3, enero-junio 2022. Págs.
1-27. ISSN: 2683-2895.