Resumen En
este trabajo se exponen las características de la protección
civil en México, así como su vinculación con el
Marco Internacional sobre el Cambio Climático. El objetivo de
esta caracterización es doble. Por un lado, buscamos analizar
el desarrollo de las políticas públicas de protección
civil frente a los efectos del cambio climático y los riesgos
de desastres naturales. Y, por otro lado, examinamos los principios
de la gestión del riesgo y el cambio climático
considerando la participación de actores clave y la población
de dos municipios de Chiapas: Tonalá y Pijijiapan. Para ello
se realizó un muestreo polietápico, en talleres
participativos y la aplicación 124 encuestas con preguntas
semiestructuradas. Los hallazgos permiten identificar la percepción
de la población acerca de los riesgos por desastres naturales,
el cambio climático y sus afectaciones, las estrategias de
intervención de protección civil y de la población
local para la incidencia de políticas.
Palabras
claves
Política,
protección civil, riesgos, desastres. Abstract In
this work, the characteristics of civil protection in Mexico are
exposed, as well as its link with the International Framework on
Climate Change. The objective of this characterization is twofold. On
the one hand, we seek to analyze the development of public policies
for civil protection against the effects of climate change and the
risks of natural disasters. In addition, we examine the principles of
risk management and climate change considering the participation of
key actors and the population of two municipalities in Chiapas:
Tonalá and Pijijiapan. For this, we recover a multi-stage
sampling, in participatory workshops and the application of 124
surveys with semi-structured questions. The findings allow
identifying the perception of the population about the risks of
natural disasters, climate change and its effects, intervention
strategies of civil protection and the local population for the
incidence of policies.
Keywords
Politics,
civil protection, risks, disasters. Introducción Los
Estados nación se han agrupado a nivel mundial para firmar
convenios y tratados internacionales que buscan contrarrestar los
efectos del cambio climático (CC). Los riesgos permanentes que
conlleva este fenómeno se manifiestan en desastres naturales
que tienen incidencia en diferentes escalas (internacional, regional
y local), con efectos negativos en los ecosistemas y en el bienestar
humano. México contempla en su Plan de Desarrollo el cuidado y
seguridad de las poblaciones humanas a los riesgos de desastres y
otras emergencias. Esta función se otorga al Sistema Nacional
de Protección Civil (SINAPROC), institución que
configura las estructuras jurídicas y los programas
sectoriales para la atención y mitigación de riesgos,
bajo un enfoque de Gestión Integral de Riesgo de Desastre
(GIRD). Bajo tal enfoque se diseñan las estrategias de
intervención considerando tres fases: antes, durante y después
de una emergencia. Para ello, el GIRD integra el marco normativo de
la política pública, las ciencias, población en
general y la tecnología (Alcántara-Ayala, et
al.,
2019).
En
este marco se postuló el proyecto
“Gobernanza y riesgos asociados con los efectos del cambio
climático y ambiental en la región Istmo-Costa de
Chiapas”, financiado por el Programa para el Desarrollo
Profesional Docente (PRODEP, convocatoria 2019).1
El presente artículo es producto de este proyecto, a partir
del cual nos propusimos analizar el impacto de la política
pública de protección civil y seguridad ante los
efectos del cambio climático. Como ya se mencionó, la
propuesta metodológica fue de tipo polietápica,
aplicada en los municipios de Tonalá y Pijijiapan, Chiapas. En
la primera etapa revisamos los principios de la gestión del
riesgo y cambio climático para analizar las prácticas
de los tomadores de decisiones a nivel local. En la segunda etapa
aplicamos un cuestionario con preguntas semiestructuradas, tomando
como unidad de análisis a la familia, registrando antecedentes
de desastres, así como las estrategias comunitarias de la
GIRD.
El
trabajo está estructurado en ocho apartados. En el primero se
exponen los antecedentes de la protección civil y de la
gestión de riesgos. Después, se revisa el concepto de
riesgo considerando las definiciones que le otorgan las instituciones
internacionales. En el tercer apartado se analiza el marco nacional
de protección civil y el cambio climático, donde nos
referimos concretamente al caso de Chiapas. En el cuarto apartado, se
examina el discurso oficial sobre cambio climático,
describiendo cómo se enuncia en las leyes e instrumentos
jurídicos del derecho mexicano. Luego se presenta la
incorporación del cambio climático en la política
pública de atención de riesgos de desastres. En el
apartado seis se describe la metodología que se implementó
para alcanzar el objetivo planteado. Posteriormente, se exponen los
hallazgos de la investigación, enfocados en los riesgos de
desastres y el cambio climático, las afectaciones a nivel
local, la gestión de riesgos y el proceso de adaptación
al cambio climático. Cerramos este trabajo con unas breves
conclusiones.
Protección
civil en el derecho internacional humanitario: desastres provocados
por el ser humano en tiempos de guerra
De
acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el
marco internacional de Protección civil tiene sus orígenes
en el Derecho Humanitario en tiempos de guerra y se regula por los
siguientes cinco instrumentos:
Convenio
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 o Convenio I, para aliviar la
suerte que corren los heridos de las fuerzas armadas en campaña.
Convenio
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 o Convenio II, para aliviar la
suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos
de las fuerzas armadas en el mar.
Convenio
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 o Convenio III, relativo al
trato debido a los prisioneros de guerra.
Convenio
de Ginebra del 12 de agosto de 1949 o Convenio IV, relativo a la
protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra.
Protocolo
adicional I (Protocolo I) de 1977 a los Convenios de Ginebra de 1949
relativo a las precauciones que hay que tomar para proteger a la
población civil contra los efectos de los ataques (Comité
Internacional de la Cruz Roja [CICR], 2012, p.
Estos
instrumentos son la base de lo que se conoce como el Derecho
Internacional Humanitario (DIH) que a su vez incorpora el principio
de la ayuda humanitaria y reconoce al Comité Internacional de
la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, como organismos internacionales
ocupados en proporcionarlas en tiempos de guerra para mitigar el
sufrimiento de sus víctimas. Es decir, en el Derecho
Humanitario en tiempos de guerra surge el concepto de desastres, pero
solo se consideran aquellos provocados por el hombre.
Debido
a las consecuencias de las guerras se estableció que los
tratados humanitarios deberían extenderse a nivel
internacional (Valladares, 2008), con sustento en los convenios de
Ginebra. En conferencias diplomáticas de 1974 a 1977 se
estableció el Derecho Internacional Humanitario (DIH), la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja, que tienen como misión proteger la vida, la
salud y hacer respetar a las poblaciones humanas, en especial en
conflictos armados y en situaciones de urgencias como catástrofes
naturales o tecnológicas (Valladares, 2008). Además,
establecen relaciones y comunicación con los gobiernos,
organizaciones no gubernamentales y gubernamentales que trabajen la
defensa de los derechos o la asistencia humanitaria.
La
historia hace evidente la capacidad destructiva del ser humano contra
la humanidad, sin embargo, la atención a esta problemática
-expresada de manera común en conflictos bélicos- ha
permitido estructurar nuevas políticas públicas en
materia de protección civil, en las cuales interviene la
Organización de las Naciones Unidas (ONU). Así, se han
desagregado principios sobre los derechos humanos y se lucha por un
medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible. Lo
anterior, indica las condiciones de ¿gestión del?
riesgo social en el pasado, presente y futuro (Beck, 1998), además
de las dinámicas de peligros, amenazas (fenómenos
naturales y socio organizativos) y vulnerabilidades a la que se
enfrentan los habitantes que hoy demandan la atención de las
consecuencias. Estas ponen en condición de riesgo las
estructuras del sistema de la sociedad global, como es el caso
específico del cambio climático.
Gestión
de riesgos, protección civil y desastres naturales en tiempos
de paz En
cuanto a la protección de la población o protección
civil en tiempos de paz, el CICR señala que los Estados
tomarán medidas para emplear las normas referentes a la
protección civil. De hecho, los cuatro convenios de Ginebra
establecen un apartado de difusión. La Protección Civil
no se modifica en las estructuras del Estado en periodos de paz:
[…]
Se deberían adaptar las estructuras civiles y militares
mediante medidas reglamentarias, para que cumplan las condiciones
estipuladas en el Protocolo I.
La
difusión a los miembros de las fuerzas armadas de sus
obligaciones para con las personas y bienes señalados con el
signo distintivo internacional de la protección civil es
esencial. Los Estados deberían, además, garantizar que
todos los colaboradores de la protección civil conozcan las
normas del DIH, en particular las que les son aplicables.
Se
controlará el uso del signo distintivo para los fines de
protección y se prevendrá y reprimirá el uso
indebido del mismo, en particular mediante la legislación
penal (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2001, p. 2).
Como
se ha expuesto, el concepto de protección civil se origina en
contextos de guerra. Tal concepto continúa como parte de la
acción interna en cada país, pero ahora para los
fenómenos naturales que producen desastres que se multiplican
ya sea por la intervención directa del ser humano
(deforestación) o por los cambios en los ciclos estacionales,
los cuales marcaban los cambios en el clima durante el año. Es
decir, los desastres naturales no se deben a una consecuencia de la
naturaleza, en muchos casos los riesgos son provocados por las
sociedades humanas que alteran los entornos naturales y no planifican
de manera adecuada los asentamientos humanos.
Las
condicionantes de riesgo de desastres en cualquiera de sus
manifestaciones limitan el paradigma de desarrollo sostenible, toda
vez que tienen impactos en los ecosistemas, la economía, la
estructura social y la seguridad de todas las poblaciones humanas.
Además, demandan la participación de diferentes actores
clave en la planificación -antes, durante y después-
del desastre con un enfoque basado en sistemas (Bello, Bustamante y
Pizarro, 2020). Los estudios sobre gestión del riesgo de la
Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) (2019) identifican que es un desafió toda vez
que requiere integrar estrategias multifactoriales de largo plazo
demandando la estructura de cinco pilares básicos: 1)
identificación del riesgo; 2) reducción de riesgo; 3)
preparación; 4) protección financiera y 5) recuperación
resiliente. Lo anterior tiene un sustento político, normativo,
institucional y financiero que implica definir las funciones de cada
institución, así como la de los actores clave
(tomadores de decisiones a nivel nacional, estatal, regional,
municipal y comunitario, con la participación de la población
afectada). Esto requiere asumir un enfoque de gobernanza,
considerando los procesos antes mencionados. En la planificación
a prospectiva demandan el progreso de las sociedades, para este caso,
desde el marco legal normativo es un derecho humanitario que hoy
tiene sustento en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los
elementos antes mencionados se hacen presentes en el contexto objeto
de estudio y se discuten en los resultados.
Los
ODS y el Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo
2015 – 2030, plantea cuatro áreas de acción para
la atención y prevención de riesgos: 1) comprender el
riesgo de desastres, con el análisis del riesgo desde una
mirada técnica que describe la clasificación de
dimensiones de vulnerabilidad, capacidades de respuesta, exposición,
amenazas y entorno, con la incidencia en las políticas y la
gestión del riesgo que permitan la reducción de
pérdidas de vidas humanas, daños materiales, las
perturbaciones sociales y económicas (Lavell, 2003); 2)
fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionar dicho
riesgo, encargada de fortalecer la colaboración entre las
instituciones, actores pertinentes en el desarrollo de funciones de
manera horizontal no jerárquica descendente con procedimientos
sujetos a un plan de acción en las fases del antes, durante y
después de una emergencia con un enfoque sostenible; 3)
intervenir en la reducción del riesgo de desastres para la
resiliencia, con la inversión pública y privada para
prevención y reducción del riesgo; 4) aumentar la
preparación para casos de desastres a fin de dar una respuesta
eficaz y “reconstruir mejor” en los ámbitos de
recuperación, para ello, es necesario el desarrollo de
capacidades en la población para afrontar el riesgo, integrar
la rehabilitación y la reconstrucción. Prepararse para
los acontecimientos permitirá el fortalecimiento de
comunidades resilientes, teniendo incidencia en los ODS (Bello,
Bustamante y Pizarro, 2020). Los puntos anteriores integran ejes
rectores de la protección civil para la atención al
riesgo, en este caso, los derivados del cambio climático.
Laybourn-Langton,
Rankin y Baxter (citado en Bello, Bustamente y Pizarro, 2020)
señalan una desestabilidad en el medio ambiente con niveles
que llegan a ser críticos2.
En los últimos 5 años se identifican temperaturas altas
de calor, con una disminución de población vertebrada
en un 60%, una superficie terrestre degradada en un 75%. Asimismo,
las variaciones de calor con incidencia en el cambio de clima
aumentaron en los países de Europa, Asía y Australia, y
en América del Norte y Europa aumentaron las precipitaciones.
A nivel mundial las tierras cultivables no son productivas en un 30%,
y de continuar la erosión hacia el año 2050 contaremos
sólo con un 5% de tierras fértiles.
Estudios
demuestran que la proyección del desarrollo industrial, el
aumento de la población y los cambios al medio ambiente
tendrán impactos irreversibles. En el año 2017 la ONU
manifestó que la deforestación, los cambios de los
suelos, la contaminación de agua y el aire han provocado la
pérdida de la biodiversidad; anualmente asciende a 18,000 y
55,000 especies sean extintas. Lo anterior demuestra la falta de
control sobre los espacios con recursos naturales (Rodríguez y
Quintanilla, 2019), por ello, y aunque el
Estado mantiene el control central de la protección a los
civiles o de la protección civil a nivel interno de cado
nación, se vuelve necesario impulsar la participación
de la población y ciudadanos en la atención de los
desastres con una cultura preventiva en tiempos de paz, analizando el
conjunto de prácticas y rasgos distintivos que caracterizan un
grupo social (Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, 2001), categorías
de estudio importantes para la atención a los desastres y la
participación de la sociedad.
La
gestión del riesgo a partir de los cambios del medio ambiente
demanda la reducción del nivel de afectación a partir
de la aplicación de políticas públicas que
atiendan las necesidades de los grupos sociales (véase tabla
1), principalmente de aquellos en condiciones de vulnerabilidad alta,
con amenazas por fenómenos naturales o socio organizativos
(Lavell, et
al.,
2003). Estos son elementos que no podemos excluir toda vez que todos
estamos expuestos, aunque no en las mismas condiciones para
atenderlos.
En
la tabla 1 se puede observar cronológicamente la relación
entre la atención a desastres, los riesgos de desastres, el
cambio climático y el derecho de los pueblos indígenas
(al territorio, a la Consulta, a sus sistemas normativos, entre
otros), las propuesta de atención en materia de política,
cambios de las normas y la administración surgen a partir de
la eficacia y eficiencia de cada una de estas, permitiendo el cambio
paradigmático de un enfoque reactivo a preventivo en la
atención al riesgo.
Tabla
1. Cronología sobre cambio climático
Medio
Ambiente Cambio climático
Pueblos
Indígenas y Agenda 2030
Entre
el extractivismo y la mitigación de los efectos del cambio
climático y ambiental 1840`s
Se reconoce la existencia del agujero de Ozono efecto
invernadero. 1972.
“Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano”
realizada en Estocolmo. 1982.
informe Brundtland titulado “Nuestro futuro común”. 1985.
Convención de Viena para la Protección de la Capa
de Ozono. 1989.
Protocolo de Montreal. 1957.
Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo
para Poblaciones
Indígenas y Tribales en Países Independientes. 1990.
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo
para Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes. 1992
“Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio ambiente y
Desarrollo”, en Rio de Janeiro Brasil “Agenda 21
local”.
2006.
Informe Stern Gobierno del Reino Unido que el planeta se calienta
2012.
“Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Sostenible”. 2015.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 1992.
Salinas de Gortari Contra reforma agraria. 2000-2006.
Vicente Fox. Reforma fiscal IVA 5%. Propuestas de reforma
privatización de la energía eléctrica,
petroquímica. 2006-2012.
Felipe Calderón Ley de Expropiación y desaparición
de Luz y Fuerza del Centro (LFC). 2012-2018.
Enrique Peña Nieto Ley de Energía, que da lugar a
la llamada REFORMA estructural y/o energética.
Fuente.
Elaboración propia año 2020 extraído de Sanz
(2021), Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
(2016), Naciones Unidas (1987), Secretaría del Ozono Programa
de las Naciones Unidas para el medio ambiente (2019), Secretaría
del Ozono (2020), Organización Internacional del Trabajo
(2020), Diario Oficial de la Federación (1991), Coria (2010),
Calabuing (2008), Caparrós (2007), Naciones Unidas (2012),
Naciones Unidas (2015), Ávila, et
al. (2019), Meixueiro
(2008), Diario Oficial de la Federación (2008) y Merchand
(2015).
En
la tabla anterior hemos incluido la evolución de las reformas
que en México han marcado el distanciamiento del Estado de la
política pública en materia social, proporcionando una
mayor explotación de la tierra y sus recursos, provocando
cambios en el entorno ambiental de las poblaciones, afectando los
derechos territoriales de los pueblos indígenas. De igual
forma esas reformas en México, llamadas estructurales, tienen
como propósito mitigar los efectos del cambio climático
y proteger el medio ambiente, por ello, es relevante revisar las
causas de fondo que responden a ideologías del sistema
político y sistema económico, las condiciones inseguras
(vulnerabilidad), las amenazas a las cuales están expuestas
las poblaciones humanas (Blaikie, et
al.,
1996), para la eficacia y eficiencia de la política misma. Sin
embargo, al no atender estas necesidades se agudizan las condiciones
de riesgo y vulnerabilidad a las cuales están expuestos. Para
ello es necesaria la participación de tomadores de decisiones,
instituciones responsables, la participación de población
y la academia, disipaciones que recaen en la protección civil
de las sociedades (Martínez, 2017).
Marco
nacional de la Protección Civil y cambio climático: el
caso de Chiapas
México
ha firmado y ratificado los ordenamientos señalados en la
tabla 1, por tanto, está obligado a cumplirlos en los planes
de desarrollo. Tal cumplimiento se da en la aplicación de la
protección a civiles en tiempo de paz, centrándose en
el manejo de riesgos y de prevención de desastres por causas
naturales y la intervención del ser humano.
A
nivel nacional tenemos como base constitucional de ese marco
internacional las Convenciones de Ginebra, la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), las leyes
federales y las políticas públicas que recoge el Plan
Nacional de Desarrollo en materia de cambio climático y otros
aspectos relacionados al medio ambiente. Lo señalado por el
Estado mexicano en la Constitución mexicana y en las leyes,
como la Ley General de Cambio Climático (LGCC) y la Ley para
la Mitigación y Adaptación ante el Cambio Climático
en el Estado de Chiapas (LMACC) definen los objetivos, conceptos,
instituciones, así como sus facultades y recursos.
A
continuación, se define lo que se entiende por cambio
climático para después exponer el marco jurídico
mexicano en la materia y, por tanto, el discurso oficial sobre el
mismo.
Discurso
oficial sobre cambio climático
Definición
general de cambio climático y ambiental El
cambio climático tiene diversas dimensiones; la natural
representa el conjunto de fenómenos cuya manifestación
final son modificaciones significativas en el comportamiento de
diversos factores ambientales, destacando, por sus implicaciones, el
régimen de temperatura y humedad a escala global (Martínez,
2017). Lo anterior se asocia particularmente con el aumento de la
temperatura atmosférica de la superficie terrestre y oceánica
(Lever, 2011), que se traduce en un aumento inusitado de
inundaciones, sequías, incendios devastadores, nevadas,
tornados y huracanes, en diferentes áreas del planeta (Farmer
y Cook, 2013; Alcántara, 2019).
Otra
dimensión del cambio climático es la social, donde la
participación humana en las diferentes actividades encaminadas
al desarrollo, tienen implicaciones en el cambio de los ecosistemas,
lo cual repercute en alterar la atmosfera. La convención de la
ONU sobre el Cambio Climático a partir del estudio de estos
cambios por periodos de tiempo instituye una presente vulnerabilidad
natural (McMulle y Jabbour, 2009). Por lo anterior, los cambios en el
ambiente global tienen incidencia en la superficie terrestre con
cambios biofísicos con implicaciones en los ecosistemas y la
vida presente en los mismos (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO],
2013).
La
dificultad de revertir las tendencias del cambio climático
global por la participación humana y causas naturales
repercute en un impacto potencial que han conducido a abordarlo
científicamente de manera específica, aun cuando los
efectos de todo el conjunto de procesos de cambio ambiental global
sobre los ecosistemas son difíciles de diferenciar (Martínez,
2017). En una perspectiva social, las manifestaciones del cambio
climático y ambiental se traducen en modificaciones
significativas de diversas actividades humanas, ya que incide en la
esfera de la generación de ingresos, seguridad, alimentación
y salud, entre otros grandes ámbitos sociales que al no ser
atendidas adquieren la condición de vulnerabilidad (Beck,
1998)
y progresión de esta que en su conjunto es una sociedad en
riesgo para la subsistencia de esta (Blaikie, et
al.,
1996).
Marco
jurídico y discurso oficial del cambio climático Se
denomina discurso oficial del cambio climático a lo que queda
plasmado en el marco legal nacional e internacional en materia de
cambio climático; incluye los instrumentos jurídicos
nacionales e internacionales, así como los programas
sectoriales y agendas de acción que de ellos se derivan.
Generalmente, dichos programas y agendas son parte de los planes de
desarrollo del Estado. A nivel internacional tenemos la Agenda 2030
como el documento más reciente donde se establecen metas y
acciones sobre el cambio climático, directrices generales que
resaltan la especificidad de atención a los riesgos, de
carácter natural.
Cumplir
los ordenamientos sobre las materias que se involucran en el cambio
climático no es tarea fácil. Tan solo si se cotejan la
Agenda 2030, los derechos colectivos de pueblos indígenas
plasmados en el Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo para pueblos Indígenas y Tribales en países
independientes (C169 OIT) (véase tabla 1), la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículo 2º)
y la Constitución del Estado de Chiapas (Título I
capítulo II), el marco legal sobre cambio climático y
las reformas estructurales en México, podemos observar las
múltiples y complejas tensiones.
Estas
tensiones las observamos en ejemplos concretos: uno de los objetivos
establecidos para contrarrestar el cambio climático es
disminuir el uso de combustibles fósiles estableciendo medidas
como las granjas solares (que implica deforestar). Cuando se han
implementado estas granjas en México no cumplen con los
estándares internacionales señalados en ese C169 de la
OIT, sobre Derecho a la Consulta a pueblos indígenas. Misma
situación se observa en el caso del megaproyecto de
reordenamiento territorial Tren Maya, sobre el cual la Oficina de la
Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU y los relatores sobre
pueblos indígenas de la ONU y OEA, han señalado que el
diseño y puesta en marcha de ese megaproyecto no han cumplido
con los estándares internacionales de consulta a pueblos
indígenas (Cruz, 2020), por consiguiente, violentan la Agenda
2030. Es decir, por hacer cumplir un ordenamiento se pasa por encima
de otros ordenamientos como los derechos de indígenas y sus
pueblos (Cruz, 2013).
Por
otro lado, la intervención del Centro Nacional de Prevención
de Desastres (CENAPRED), en la atención del impacto de los
desastres en sus diferentes manifestaciones que afectan a las
poblaciones humanas y su entorno ha revelado desestabilidad en la
estructura y desarrollo de las sociedades, lo que demanda la búsqueda
constante de nuevas articulaciones políticas que favorezcan a
las poblaciones y gobiernos que se ven afectados (Martínez, et
al.,
2021). La historia revela cómo el ser humano en su travesía
de evolución ha desarrollado procesos de adaptación a
los diversos contextos para su existencia. En este proceso de
adaptación el ser humano actúa para protegerse de
eventos que puedan causarle daños, estableciendo estrategias
no tanto para evitar que los fenómenos naturales se produzcan,
sino más bien para la mitigación de daños. Para
esto, ha sido fundamental el acceso al conocimiento, así como
la sistematización y análisis de las diversas
experiencias de emergencias o desastres que han padecido las
sociedades humanas (Centro
Nacional de Prevención de Desastres, 2001).
Por
ello, el análisis y registro de desastres en la historia con
incidencia en el desarrollo de las sociedades, permite estudiar la
frecuencia y la valoración de los distintos fenómenos
perturbadores. La historia también registra la incorporación
de acciones para atender la problemática que provocan esos
fenómenos, cristalizándose en programas e
investigaciones que permiten mejorar las prácticas y
cooperación transversal entre actores. La atención al
cambio climático como condicionante de riesgo social y sus
efectos de desastres, parte de la complejidad de la colaboración
de tomadores de decisiones toda vez que responden a sus intereses.
Por tanto, no se puede forzar a integrar acciones en conjunto ante el
desafío de la seguridad internacional de la humanidad (Wisner,
et
al.,
2007).
Marco
jurídico Partiendo
del marco jurídico internacional para la atención a las
variaciones del cambio climático y la atención del
desarrollo de los Estados, México a partir del 11 de octubre
de 2012 integra un Plan Nacional de Desarrollo para minimizar las
emisiones de carbono en un 30% en el periodo 2020-2030 (SEMARNAT,
2020). Con sustento legal en la Ley General del Cambio Climático
(LGCC) se delegan responsabilidades y mecanismos a los niveles de
gobierno instruyendo la incorporación de la participación
del sector privado y social, en el seguimiento del cumplimiento de
los objetivo y metas planteadas, se establece la necesidad de contar
con recursos financieros y tecnológicos para el diagnóstico,
diseño de proyectos, aplicación, seguimiento y
evaluación de las emisiones de carbono (Ávila, 2012).
Chiapas
homologa este marco normativo federal con la Ley para la Adaptación
y Mitigación ante el Cambio Climático en el Estado de
Chiapas, efectuando reformas estructurales para alcanzar los
objetivos de fomentar la cultura preventiva para minimizar las
condiciones de vulnerabilidad presentes en la entidad, con la
atención de la problemática a corto, mediano y largo
plazo. Esto demanda la corresponsabilidad de sus habitantes
(Periódico Oficial del Estado de Chiapas, 2015), siendo esta
iniciativa retomada por los siguientes gobiernos en turno en la
entidad.
Programas
sectoriales Los
decretos legales mencionados están siendo acompañados
por diversos programas sectoriales que hacen referencia específica
a los propósitos de contribuir a la adaptación social
al cambio climático, particularmente en los espacios rurales.
Lo
anterior se verifica a nivel del estado de Chiapas y en consonancia
con los instrumentos jurídicos internacionales y nacionales
sobre cambio climático. Resalta el Programa de Acción
ante el Cambio Climático del Estado de Chiapas, como parte de
la política pública y por tanto del discurso oficial
encaminado a impulsar procesos de mitigación y adaptación
al cambio climático. En la primera página del resumen
ejecutivo se señalan entre sus acciones:
La
Ley para la Mitigación y Adaptación ante el Cambio
Climático en el Estado de Chiapas (LMACC).
La
Comisión para la coordinación intersecretarial de
cambio climático (que se señala en la LMACC);
La
Creación del departamento de Cambio Climático y
Energía de la SEMAVIHN;
La
vinculación entre el gobierno, la sociedad civil y la
academia;
La
formación de las capacidades institucionales, académicas
y de la sociedad civil, mediante el desarrollo de 8 talleres con la
participación de más de 150 personas y 2 foros
estatales a los que asistieron más de 700 personas;
El
primer Inventario Estatal de Gases de Efecto Invernadero (IEGEI), en
base a las directrices del INE y del Panel Intergubernamental de
Cambio Climático que analizó los sectores: Uso del
suelo, cambio de uso del suelo y la silvicultura, Energía,
Procesos Industriales y Desechos;
El
análisis de la deforestación y la degradación
forestal histórico, actual y futuro de Chiapas, y
Los
escenarios climáticos para el presente siglo (Coordinación
General: Conservation International México, 2011. p. 13).
Estas
acciones por sí mismas indican la situación actual
ambiental de Chiapas, que dan lugar a esas acciones, lo
cual es acompañado por un acelerado deterioro y pérdida
de suelos, bosques y agua, generando problemas sociales por problemas
de acceso al agua y su saneamiento (Cancino y Cruz, 2017), lo cual
merma la productividad en el campo, y es evidente además el
impacto de la variabilidad hidrometeorológica asociada con el
cambio climático (Torres, Cruz y Acosta, 2011). Lo anterior
tiene incidencia en la planificación en el uso de los sistemas
ecológicos y ambientales, si bien, se construyen nuevos
escenarios ambientales por la intervención del ser humano, es
inevitable no encontrarse con cambios en los sistemas naturales
(Lavell, 1999), al abusar de los mismos o bien por la nula planeación
en la incorporación de asentamientos humanos e industriales,
lo que constituye una amenaza para la vida humana.
Adaptación
y percepción sobre cambio climático: su incorporación
a la política pública de atención de riesgos de
desastres
La
terminología con aprobación oficial a escala mundial
señala como adaptación al cambio climático
“las
iniciativas y medidas para reducir la vulnerabilidad de los sistemas
naturales y humanos contra los efectos reales o esperados del cambio
climático”
(Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático,
2018, p. 4).
Esta adaptación presupone la existencia y necesidad de
acrecentar capacidades adaptativas, mismas que se conciben como:
Los
estudios destinados a identificar las necesidades de adaptación
se han basado en el análisis del riesgo climático
centrándose en las causantes de los impactos (lluvias,
temperaturas, huracanes) y las opciones para moderarlos. Sin embargo,
existen causas subyacentes de la vulnerabilidad (ó
determinantes socioeconómicos) como: la disponibilidad de
información y el acceso a la misma, el acceso a los recursos,
la capacidad financiera, las capacidades institucionales y las
necesidades tecnológicas que constituyen una parte esencial de
las necesidades de adaptación (Magrin, 2015, p. 23).
Se
define la mitigación de los efectos del cambio climático
como los cambios y sustituciones tecnológicas que reducen el
empleo de recursos y emisiones contaminantes por unidad de
producción. Otro concepto clave es la resiliencia, que
comprende la capacidad de los sistemas sociales y ecológicos
para asimilar perturbaciones manteniendo sus estructuras y funciones
básicas, lo cual implica disponer de capacidades de
autoorganización y de adaptación a estrés y
cambio (Kuruppu y Livermand, 2011).
Es
palpable la condición de riesgo por el cambio climático
a la que estamos expuestos, para esto se cuenta con políticas
públicas de cambio climático y protección civil,
las cuales son codependientes para la atención a la
problemáticas de riesgos sociales, por ello se reconoce el
trabajo realizado en la instrumentación del marco normativo y
legal de las políticas con planes de acción en la
gestión para la atención a esta condicionante de
riesgos de desastres para mejorar la condición social
(Martínez, 2017; Alcántara, 2019).
Metodología
Para
referirse al caso concreto de Chiapas, la investigación a
nivel regional, se tomó una muestra polietápica en
Tonalá y Pijijiapan. Estos municipios están en
condiciones de riesgo alto por fenómenos geológicos e
hidrometeorológicos, y el segundo por las variaciones del
cambio climático (véase figura 1). La primera etapa
parte del análisis de los principios de la gestión del
riesgo y cambio climático, y las propuestas comunitarias
(Álvarez, 2011), para identificar los procesos participativos
de la GRD. Además, con el objetivo de realizar un diagnóstico
participativo sobre riesgos y estrategias comunitarias ante los
desastres en cuatro localidades rurales, llevamos a cabo un taller
participativo por localidad con actores sociales y población
en general, con una duración aproximada de dos horas 30
minutos, con una carta descriptiva elaborada previamente (véase
tabla 2).
Tabla
2. Objetivos y descripción de temas trabajados con
participantes de las localidades estudiadas
Tema
Producto
Bienvenida,
introducción, objetivos y resultados esperados
Alcance
de objetivos de la reunión
Lluvia
de ideas para conocer sobre las percepciones y significados del
desastre: desastre, vulnerabilidad, amenaza
Percepciones
sobre los desastres
Experiencias
ante el desastre
Reconocimiento
y conciencia del riesgo
¿Cuál
es nuestro patrimonio?
Introducir
en el análisis el concepto de patrimonio biocultural
¿Cuáles
son los riesgos de desastres en mi comunidad?
Mapa
y registro priorizado de riesgos de desastres
Las
estrategias que hemos utilizado para prevenir y enfrentar
desastres
Lluvia
de ideas y experiencias
Conclusiones
Retroalimentación
de resultados Fuente.
Artículo Gestión de riesgo y estrategias comunitarias
ante los desastres en localidades de la región Istmo-Costa en
Chiapas (Martínez, et
al., 2021)
3.
Figura
1. Región Istmo - Costa de Chiapas
Fuente.
Elaboración
propia sobre un mapa base de "World Topographic Map",
Créditos: Esri, HERE, Garmin, Intermap, INCREMENT P, GEBCO,
USGS, FAO, NPS, NRCAN, GeoBase, IGN, Kadaster NL, Ordnance Survey,
Esri Japan, METI, Esri China (Hong Kong), © OpenStreetMap
contributors, GIS User Community.
La
segunda etapa constó de la aplicación de un
cuestionario con preguntas semi-estructuradas, tomando como unidad de
análisis la familia, registrando los datos socioeconómicos,
antecedentes de desastres, así como las estrategias de GRD,
con el objetivo de conocer las percepciones sociales del riesgo.
Los
sujetos de estudio se estratificaron considerando las siguientes
variables:
Ejidos
y comunidades situados en condiciones de vulnerabilidad con alto
índice de marginación.
Ejidos
y comunidades situados en zonas costeras en condiciones de riesgo y
resiliencia, porque han enfrentad situaciones catastróficas
ante problemas asociados a eventos hidrometeorológicas y
sismos (Martínez,
et
al.,
2021).
La
recolección de información se llevó a cabo en
las localidades de Manuel Ávila Camacho y El Manguito (de
Tonalá), así como en las localidades del Palmarcito y
Ceniceros (de Pijijiapan) (véase figura 2). Se realizaron 10
cursos talleres de los cuales 4 fueron con tomadores de decisiones
(uno por localidad objeto de estudio), 2 a emprendedores, 2 con
presidentes y socios de cooperativas, y 2 a estudiantes del nivel
media superior. Además, se aplicaron 124 encuestas a la
población en general, entre noviembre y diciembre del año
2019.
Para
el análisis de la información se utilizó el
programa Word para la transcripción de la relatoría por
cada taller, y el programa Excel con el vaciado de información
del cuestionario en la base de datos.
Figura
2. Ejidos objeto de estudio en la región Istmo – Costa
de Chiapas
Fuente.
Elaboración propia sobre un mapa base de "OpenStreetMap.org
(Terrain View by Stamen.com". Créditos:Map
tiles by Stamen Design, under CC BY 3.0. Data by OpenStreetMap, under
ODbL.
Resultados
Identificación
de riesgos de desastres y cambio climático Con
la recolección de información se validaron 124
encuestas, a partir de la verificación de la información.
Los encuestados identifican varios fenómenos de riesgos de
desastres presentes en su localidad, de los cuales, en su mayoría,
identifican las inundaciones como una condicionante de riesgo alto,
presente en todas las localidades con un 83 %, seguido de los sismos
con el 39 %, y el 26.6 % identifican a los terremotos. A partir de la
condicionante geográfica, se identifica el 4 % para la
presencia de huracanes y menos del 3 % para la presencia de
derrumbes, sequias e incendios; y solo 2 personas no identifican a
que riesgos de desastres están expuestos.
Respecto
a la identificación del cambio climático, el 90%
identifica que ha cambiado el clima en la zona en donde vive y los
restantes consideran que no hay cambio alguno. Como parte de estos
cambios, el 98 % identifica que hay un aumento de calor y las lluvias
han cambiado con el paso de los años. El 88 % considera que
estos cambios han aumentado el nivel de impacto de los desastres.
Respecto
a conocimientos del marco legal para la atención al cambio
climático, el 85 % desconoce la ley, normativa o reglamento;
el 14 % dice que sí tiene conocimiento de estos y el 1 % no
respondió. Acerca de los programas de gobierno que atienden
esta problemática el 90 % no los conoce o sabe de éstos,
y sólo el 10 % sabe cuáles son. De los que contestaron
afirmativamente se les pidió que mencionaran algunos de estos,
sin embargo, ninguno mencionó algún programa de
atención. De las respuestas obtenidas, una persona mencionó
la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, una más
hizo referencia a la Reserva Natural La Encrucijada y otra a la
reforestación.
Afectaciones
por emergencias de desastres A
partir de la presencia de las emergencias de desastres y las
implicaciones del cambio climático, los fenómenos
hidrometeorológicos son los de mayor afectación: el 98
% de la población identifica que hay una afectación a
nivel familiar; en su mayoría, los daños sufridos
refieren a la pérdida de bienes materiales (esto es, 28%),
afectación a la salud en un 25 % durante y después a la
emergencia, la pérdida de animales es de un 24 %, el 13 % por
pérdida de cosechas y un mínimo porcentaje con un 3% la
muerte de algún familiar.
Por
ejemplo, en los datos históricos de las afectaciones por
desastres hidrometeorológicos en Chiapas, el huracán
Stan en el año 2005, tuvo afectaciones en 800 comunidades con
un registro de 1, 954, 541 personas en situación de emergencia
por el desabasto de alimentos por los daños causados en las
vías de comunicación terrestre. Los municipios con
mayor afectación fueron Tapachula, Motozintla, Huixtla y
Suchiate, los cuales se localizan en las costas del Océano
Pacífico de México (Oswald,
2012).
Esto determina que las localidades objeto de estudio, no se excluyen
del nivel de afectación por emergencias de desastres. Además,
por la presencia de temporales de lluvia en los diferentes años,
actualmente, se recomienda tomar las medidas de preparación y
mitigación, con el propósito de minimizar el nivel
afectación en los ecosistemas y bienes materiales (Secretaría
de Protección Civil, 2021).
El
apoyo para la atención a las emergencias se da a nivel
comunitario. Después de la emergencia se hace evidente la
presencia de los funcionarios municipales para la vuelta a la
normalidad, sin embargo, del total de los afectados el 67% no recibe
algún tipo de apoyo, siendo apenas el 27% los beneficiados por
los apoyos que llegan a las comunidades. Así, en los talleres
que se realizaron, los y las participantes hacen mención en
realidad que los beneficiados son en su mayoría los familiares
de las autoridades locales, manifestando inconformidad por no ser
equitativa la distribución de los apoyos.
Gestión
de riesgos de desastres y adaptación al cambio climático En
el desarrollo de los talleres se identifica que el diagnóstico,
análisis y diseño de alternativas para hacer frente a
las condiciones de riesgo por cambio climático, remite a
trabajar con categorías sumamente complejas, como es el caso
del diagnóstico del riesgo, la condiciones de vulnerabilidad
que presentan y la adaptación (Beck,
1998),
considerando que no se trata de aspectos meramente estadísticos,
sino que, en todo momento, la dimensión cognitiva, cultural y
en general social incide de manera determinante en la dinámica
de cada una de aquellas. Por ello, en este proyecto se propuso
trabajar con la percepción de la población y los
actores clave sobre el cambio climático, analizando las
instituciones involucradas y el conjunto de funciones que la integran
desde el marco legal para su atención.
Se
explicó a los participantes de los talleres el concepto de
gestión del riesgo de desastres como un proceso de largo plazo
para prevenir los desastres y reducir el riesgo, en el que
intervienen las amenazas y la vulnerabilidad, después de
reflexionar los conceptos mencionan las siguientes estrategias que
han realizado y por realizar (véase tabla 3 y 4):
Tabla
3. Estrategias de intervención en las localidades de Manuel
Ávila Camacho y El Manguito del municipio de Tonalá,
Chiapas
Etapas
de la emergencia
Manuel
Ávila Camacho
El
Manguito
Antes
de la emergencia
Ante
una emergencia establecen como medio de comunicación el
perifoneo, si en dado caso no hay luz, se organizan de manera
familiar avisando a los vecinos la problemática presente.
Ante
la emergencia de desastres que han presentado establecen como
medio de comunicación es el perifoneo, en esta localidad
el teléfono celular no es muy funcional como medio de
comunicación, el perifoneo fue donado por la Secretaría
de Protección Civil. Se organizan de manera familiar para
resguardarse, seguido de esto se trasladan a espacios seguros de
manera organizada, acuerpando a las personas que necesitan mayor
apoyo.
Durante
la emergencia
Se
identifica como principal riesgo de atención las
inundaciones la cual se da de manera paulatina, esto les permite
organizarse de manera comunitaria, trasladándose a las
partes más altas de las zonas, estableciendo como
alberges; cinco primarias, una iglesia, una casa grande y una
cooperativa. Las personas que pueden trasladarse con familiares
al exterior de la localidad lo hacen.
Establecen
como principales riesgos de desastres las lluvias y el sismo, el
primero se da de manera paulatina lo cual les permite organizarse
de manera comunitaria, trasladándose a las partes más
altas de las zonas, las madres de familia, los niños y las
personas mayores se trasladan a los espacios seguros, y los que
se quedan, a resguardar los bienes son los padres de familia. En
la emergencia del sismo ellos se organizaron con los vehículos
de la localidad para trasladarse a la cabecera municipal, la
organización se dio por sentido común, pues
desconocen de si existen planes comunitarios para la atención
a emergencia.
Después
de la emergencia
Mejorar
los servicios médicos después de la emergencia,
pues no se atiende el servicio y se hacen presentes las
enfermedades respiratorias.
Mejorar
los servicios médicos después de la emergencia pues
se hacen presentes las enfermedades respiratorias.
Afortunadamente cuentan con servicio médico de lunes a
viernes, pero no fines de semana, pero después de las
emergencias de inundaciones no cuentan con los medicamentos
necesarios para atender las enfermedades. Fuente.
Elaboración propia con información del trabajo de campo
(2020).
Tabla
4. Estrategias de intervención en las localidades de El
Palmarcito y Ceniceros del municipio de Pijijiapan, Chiapas
Etapas
de la emergencia
El
Palmarcito
Ceniceros
Antes
de la emergencia
Mejorar
la información que establecen los medios de comunicación
que transmiten mensajes erróneos o que se interpretan mal.
Una
comunicación permanente con el presidente municipal.
Durante
la emergencia
Organizarnos
entre nosotros con los vecinos.
Mejorar
la atención durante la emergencia, toda vez que no se
atiende cuando se inundan los hogares de las familias, no salen
como comunidad a un albergue, y no reciben apoyo para la atención
a esa problemática.
Después
de la emergencia
Si
bien son de pocos recursos, es necesario organizarse, gestionar
apoyos en infraestructura e integrarse a los trabajos que se
desprendan.
Es
necesario que el gobierno atienda otras necesidades como el
cableado de la luz eléctrica, toda vez que algunas
viviendas están expuestas a riesgos más elevados
con la presencia de inundaciones Fuente.
Elaboración propia con información del trabajo de campo
(2020).
La
información presente denota un nivel de organización de
las poblaciones por sentido común, y el alertamiento es
notificado por la Secretaría de Protección Civil.
Después esto se hace de conocimiento a la población
para actuar durante la emergencia, a partir de la experiencia previa
se trasladan a refugios cercanos, para el caso de las inundaciones a
los espacios altos y para el caso de los sismos aguardar en sus
hogares. Posterior a la emergencia, verifican el nivel de afectación
y al ver rebasada su capacidad de respuesta, buscan apoyo de las
autoridades. Se identifica que en los últimos seis años
las afectaciones mayores han sido por fenómenos
hidrometeorológicos, pero también en tiempo de calor se
hacen presentes las sequias.
En
el manejo de riesgos, no basta hacer estimaciones probabilísticas
para la elaboración de planes para la atención a las
emergencias de desastres en las etapas de atención antes,
durante y después. Si se pretenden comunidades resilientes, es
necesario fortalecer las capacidades adaptativas en comunidades y
regiones. Debe indagarse también, sobre la percepción
social del riesgo, las capacidades organizacionales con ejercicios de
simulacros (de gabinete y comunitarios) de manera permanente, con los
recursos disponibles para responder a las emergencias desde lo local.
Además,
no debe solo identificarse el riesgo percibido por los habitantes
bajo exposición directa, ya que la construcción de
riesgos puede desprenderse de la visión parcial de otros
actores, como son las instancias gubernamentales o empresas privadas,
las cuales, bajo percepciones, intereses o conocimientos sesgados,
pueden crear o desatar situaciones de peligro y riesgo para la
población, asociados con el cambio climático. Esto se
manifiesta en diversos proyectos que implican el manejo de recursos
hídricos (Kuruppu y Liverman, 2011).
Como
se mencionó al principio de este trabajo, cuando se preguntó
a las personas si conocían a los responsables de Protección
Civil en su localidad, sus funciones y utilidad, la ausencia de esta
instancia marcó la respuesta en todos los casos.
Del
total de los encuestados, el 67 % (83) conocen la existencia de un
comité de Protección Civil comunitario, el 23 % dice
que no existe, los restantes, el 4 % no sabe y el 3 % no respondió;
y poco más del 50% conoce las tareas o funciones del personal
de la Secretaría de Protección Civil. Las familias que
dicen conocer las ocupaciones mencionan las siguientes: realizar
acciones para la prevención de desastres, informar a la
población los peligros presentes en la localidad antes de que
surjan las emergencias, llevar a cabo acciones de alertamiento ante
posibles impactos, en el durante la emergencia son los encargados de
organizar a la población y de brindar auxilio a las
poblaciones más vulnerables.
El
74% desconoce la existencia de un plan o programa de atención
a riesgos de desastres. A las familias que contestaron que, si
conocen algún plan, se les preguntó cuál y
respondieron nuevamente con acciones que deben realizarse para la
atención a la emergencia. Lo anterior, indica que casi el 100
% de la población desconoce la existencia de dicho plan.
El
72 % de los habitantes encuestados consideran que el gobierno actual
cuenta con la capacidad de respuesta para hacer frente a las
emergencias o desastres que puedan afectar a las comunidades
(Martínez,
et
al.,
2021).
Sin embargo, al preguntarles del ¿por qué?, consideran
que es necesario fortalecer capacidades a tomadores de decisiones y
personal operativo, reflejado en la mala organización en la
intervención, aunado a esto, el gobierno no cuenta con la
suficiente solvencia económica, infraestructura, equipamiento
y recursos humanos para poder atender los desastres por ello, en
experiencias pasadas, se ven en la necesidad de pedir apoyo a
instancias de otro nivel.
Respecto
a la gestión local de atención a emergencias o
desastres, la población considera en su mayoría, con el
40 %, que es de manera regular, y un 31% que es de manera muy
organizada. Lo anterior refleja que es un escenario que se necesita
fortalecer, iniciando con los planes operativos para la atención
a las emergencias. A partir de las experiencias vividas en
emergencias de desastres, los habitantes son la primera respuesta a
nivel de organización comunitaria, se da por sentido común
a partir de las experiencias vividas, y después de la reacción
por instinto esperan que se sumen a estos esfuerzos, las autoridades
de nivel municipal, lo que ha permitido resguardar la seguridad de
las poblaciones afectadas.
Conclusiones
Lo
anterior, muestra una relación codependiente entre el cambio
climático y los riesgos de desastres para la subsistencia de
los ecosistemas y la vida en el territorio, que la política y
las instancias de protección civil tanto estatales como
municipales, requieren establecer condiciones adecuadas de
capacitación y equipamiento para que el personal que integra
la unidad de protección civil comunitaria reacciones
adecuadamente y proporcione los apoyos respectivos. De igual forma,
estos requieren de capacitación para intensificar su relación
con la población en general, y para poder transmitir de mejor
manera la información sobre cambio climático, control
de riesgos de desastres, reacción ante los desastres y
prevención de estos, desarrollando habilidades para atender
algunas condiciones de vulnerabilidad y poblaciones resilientes, bajo
principios y estrategias de la prevención del riesgo en la
atención de los ODS (CEPAL, 2019; Bello,
Bustamante y Pizarro, 2020).
En general, debe considerarse la capacitación permanente y
profesionalización del personal de la Secretaría de
Protección Civil, para mejorar la transmisión,
interpretación y explicación de la información
en cada municipio, porque ello facilitaría la gestión
de los riesgos de desastre con la atención de los cinco
pilares básicos, evitando pérdidas humanas y bienes
materiales que inciden en el desarrollo de las sociedades.
Existe
una relación proporcional y directa entre percepción y
adaptación, la percepción sobre los fenómenos
ambientales y climáticos depende del sentido común de
los pobladores, influenciada por los contextos histórico,
económico, geográfico y étnico-cultural en los
que se enmarcan. Se identifican planteamientos generales y no hay un
análisis sobre las causas de los problemas, implicaciones y
cosas que deben cambiar (Blaikie, et
al.,
1996; Beck,
1998).
Por ello, es imprescindible y urgente, por un lado, entender desde la
estructura gubernamental cual es la percepción de los
pobladores sobre los riesgos y los desastres, para establecer
temáticas y lenguajes comunes y saber cómo
involucrarlos en la gestión de éstos.
Como
parte de los resultados se identifica una estructura institucional
organizada que enmarca la política pública de
protección civil en el marco normativo legal, reconociendo la
necesidad de fortalecer la colaboración entre gobierno,
pobladores y ciudadanos no solo en las capacidades de respuesta a la
emergencia de desastres en sus diferentes etapas, sino también
en la planeación prospectiva del desarrollo local en las
localidades objeto de estudio.
La
protección civil acompaña a la humanidad a través
de su historia. Comienza con los conflictos bélicos, en donde
el actor central es el Estado o país y, después por los
desastres provocados por el ser humano al no prevenir los riesgos de
desastres naturales. La protección civil en este contexto es
unilineal controlada por el Estado. En fechas recientes la protección
civil incorpora el concepto de gobernanza porque se pretende que no
solo atienda el desastre, sino que lo prevea (gestión integral
de riesgos de desastres) y que además sea participativa
incluyendo a las poblaciones afectadas por riesgos de desastres como
actor clave respondiente a la emergencia, con una planeación a
prospectiva con las condicionantes de riesgos por el cambio
climático.
Es
necesaria una política pública intercultural e
incluyente de atención no solo al desastre que está en
curso o que ya pasó, sino más bien a los a riesgos de
desastres, que considere tanto la profesionalización del
personal de protección civil, como la participación
ciudadana desde los propios ámbitos culturales de las
poblaciones en riesgo (interculturalidad). Para ello, atendiendo los
resultados, es importante que los ciudadanos y pobladores en general
en zonas de riesgo sean conscientes o más conscientes de las
causas y consecuencias del cambio climático, así como
de sus efectos que pueden ser perceptibles, como la sequía e
inundaciones, lo cual dependerá de su capacidad organizativa y
de acceso a la información y es aquí donde la acción
pública gubernamental es crucial.
La
transmisión de la información y el establecimiento de
los diálogos gobierno-pobladores-ciudadanos determinarán
que la acción pública de protección civil sea
eficiente y sobre todo participativa, derivado de ello, surge una
nueva interrogante ¿Cuál es la planeación a
prospectiva actual para el desarrollo de las localidades en
condiciones de riesgo por cambio climático en la costa de
Chiapas? ante los resultados obtenidos, las afectaciones actuales y
las predicciones de afectaciones a futuro que tienen la condicionante
de azar.
Finalmente,
y por lo anterior, la política pública que sea
cultural, incluyente y pertinente, es una herramienta poderosa en los
procesos de gestión de riesgos de desastres y de adaptación
al cambio climático en general. Asimismo, el reconocimiento y
motivación de la participación de todos los actores del
territorio para la planeación prospectiva en el desarrollo
local (urbano, agrícola, económico, cultural) de las
localidades objeto de estudio, es totalmente esencial y relevante,
toda vez que las condiciones de riesgo se agudizan con el paso de los
años.
Bibliografía
Alcántara-Ayala.,
I., Garza, M., López, A., Magaña, V., Oropeza, O.,
Puente, S., Rodríguez, D., Lucatello, S., Ruiz, N., Tena, R.,
Urzúa, M. y Vázquez, G. (2019). Gestión Integral
de Riesgo de Desastres en México: reflexiones, retos y
propuestas de transformación de la política pública
desde la academia. Investigaciones
geográficas,
(98), 00002. https://doi.org/10.14350/rig.59784
Álvarez,
G. (2011). Educación
y gestión del riesgo de desastres, Procesos educativos en la
Cuenca Alta Grijalva.
San Cristóbal de la Casas, México: El Colegio de la
Frontera Sur, 125 pp.
Ávila,
A. (2012). Éxitos y fracasos de la legislación de
cambio climático en América del Norte. Norteamérica,
7 (n.spe), 183-192.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-35502012000300007
Ávila,
R., Rocha, J., González, A., González, R. y Orgaz, A.
(2019). Reforma del artículo 27 constitucional en el
salinismo. ¿Sin efectos? Estudio de caso: 2010 – 2018.
Revista Mexicana de Agronegocios. (44), 222-231.
https://www.redalyc.org/journal/141/14161295009/html/
Beck,
U. (1998). La
sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona, Paidós.
Bello,
O., Bustamante, A. y Pizarro, P. (2020). Planificación
para la reducción del riesgo de desastres en el marco de la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46001/1/S2000453_es.pdf
Blaikie,
P., Cannon, T., David, I. y Wisner, B. (1996). Vulnerabilidad,
el entorno social, político y económico de los
desastres. Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres
en América Latina.
Calabuing,
C. (2008). Agenda 21 local y gobernanza democrática para el
desarrollo Humano sostenible: Bases para una gestión orientada
al proceso. [Tesis doctoral Universidad Politécnica de
Valencia]. http://www.upv.es/upl/U0566491.pdf
Cancino,
M., Cruz, E. (2017). Relaciones de poder e inequidad de género:
Villahermosa Yalumá, Comitán, Chiapas. Iztapalapa.
Revista de Ciencias Sociales y Humanidades;
38 (83), 139-163.
Caparrós,
A. (2007). El informe Stern sobre la economía del cambio
climático. Ecosistemas.
16 (1). Pág 124-125.
https://www.redalyc.org/pdf/540/54016115.pdf
Centro
Nacional de Prevención de Desastres (2001). Diagnóstico
de peligros e identificación de riesgos de desastres en
México.
http://www.cenapred.gob.mx/es/Publicaciones/archivos/36-DIAGNSTICODEPELIGROSEIDENTIFICACINDERIESGOSDEDESASTRESENMXICO.PDF.
Centro
de Estudios Sociales y de Opinión Pública (2016). Medio
ambiente. www.diputados.gob.mx/cesop/).
Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (2019).
Planificación para el desarrollo territorial sostenible en
América Latina y el Caribe.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44731/1/S1900439_es.pdf
Comité
Internacional de la Cruz Roja (2001). “La
protección civil en el derecho internacional humanitario”.
Servicio
de asesoramiento en Derecho Internacional Humanitario, Ginebra,
Suiza.
https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/other/proteccion_civil.pdf
Comité
Internacional de la Cruz Roja (2012). Los
Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949.
Recuperado de
https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/publications/convenios-gva-esp-2012.pdf
Coordinación
General: Conservation International México (2011). Programa
de Acción ante el Cambio Climático del estado de
Chiapas: Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/316394/PACC_Chiapas-compressed.pdf
Coria,
L. (2010). La agenda 21 local, reseña desde Iberoamérica.
Cruz,
E. (2020). “El Caso Mexicano: Oaxaca, Chiapas y Campeche”.
En Salvador Millaleo Hernández (eds). Protocolos
autonómicos de consulta previa indígena en américa
latina estudios de casos en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Honduras, México Y Perú.
Grupo Internacional De Trabajo Sobre Asuntos Indígenas (IWGIA
por sus siglas en inglés) y Fundación Ford.
https://www.iwgia.org/images/documentos/Protocolos_Autonmicos_de_Consulta_Previa_Indgena_en_Amrica_Latina.pdf?fbclid=IwAR1yTT9MBcgMzw2qsKXFK7vzckXyMveGUNLNGKUfBk3ZVeUekyBU5LUxP08
Cruz,
E. (2013). “Derecho a la tierra y el territorio: demandas
indígenas, Estado y capital en el Istmo de Tehuantepec”.
En María Teresa Sierra, Hernández, Rachel Sieder
(eds.). Justicia
indígena y estado. Violencias contemporáneas.
México: FLACSO – CIESAS; pp. 341-382.
Diario
Oficial de la Federación (1991). Convenio (No. 169) sobre
pueblos indígenas y tribunales independientes. Gobierno del
Estado.
https://www.senado.gob.mx/comisiones/desarrollo_social/docs/marco/Convenio_169_PI.pdf
Diario
Oficial de la Federación (2008). Decreto por el que se declara
la ocupación inmediata, total y temporal de todos los bienes y
derechos de Luz y Fuerza del Centro, por causas de utilidad Pública.
Secretaría de Gobernación.
http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5031713&fecha=16/03/2008
Farmer,
T. y Cook J. (2013). Climate
change science: a modern synthesis.
Estados
Unidos: Springer.
Instituto
Nacional de Ecología Nacional y Cambio Climático
(2018). Alternativas frente al cambio Climático.
Implementación de medidas de mitigación orientadas a la
reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto
invernadero; y la implementación de medidas de adaptación
que permitan disminuir la vulnerabilidad. Gobierno de México.
Recuperado de
https://www.gob.mx/inecc/acciones-y-programas/alternativas-frente-al-cambio-climatico
Kuruppu,
L. y Liverman, D. (2011). Mental preparation for climate adaptation:
the role of cognition and culture in enhancing adaptive capacity of
water management in Kiribati. Global
Environmental Change.
21(2), 657–669.
Lavell,
A. (1999), Gestión de Riesgos Ambientales Urbanos, Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales en Prevención de
Desastres en América Latina-LA RED.
https://www.desenredando.org/public/articulos/1999/grau/GestionDeRiesgosAmbientalesUrbanos-1.0-sep-12-2001.pdf
Lavell,
A., Mansilla, E., Smit, D., Brenes, A., Romano, L., Somarriba H.,
Gamarra, L. y Armien, F. (2003). La gestión local de riesgo.
Nociones y precisiones en torno al concepto y la práctica.
Guatemala: Centro de Coordinación para la Prevención de
los Desastres Naturales en América Latina Central-Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo.
http://www.disaster-info.net/lideres/portugues/brasil%2006/Material%20previo/Allangestriesg.pdf
Lever,
C. (2011). Confronting
Climate Change. Estados
Unidos: Routledge.
Martínez,
C. (2017). Gobernanza y gestión de riesgos por inundación:
Estudio de caso en los municipios de Tonalá y Pijijiapan
pertenecientes a la región Istmo-Costa, Chiapas. [Tesis de
doctorado en Estudios Regionales, Universidad Autónoma de
Chiapas].
http://148.222.11.200/jspui/bitstream/123456789/3096/1/RIBC149033.pdf
Martínez,
C., Álvarez, G. y Cruz, E. (2021). Gestión de riesgos y
estrategias comunitarias ante los desastres en localidades de la
región Istmo-Costa en Chiapas. LiminaR, 19(2),
188-200. Epub 27 de septiembre de
2021.https://doi.org/10.29043/liminar.v19i2.849.
Magrin,
G. (2015). Adaptación
al cambio climático en América Latina y el Caribe,
Comisión Económica para América Latina y el
Caribe. Recuperado de
https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/39842/S1501318_es.pdf
Meixueiro,
G. (2008). Documentos selectos de desarrollo regional y políticas
públicas. Centro de Estudios Sociales y de Opinión
Pública.
http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Cesop/Desarrollo_regional_politicas_publicas.pdf
Merchand,
M. A.
(2015).
Estado
y reforma energética en México.
Problemas del desarrollo, 46(183),
117-139. https://doi.org/10.1016/j.rpd.2015.10.006
Naciones
Unidas (1987). Desarrollo y cooperación económica
Internacional: Medio ambiente, Informe de la comisión mundial
sobre el medio ambiente y desarrollo.
http://www.ecominga.uqam.ca/PDF/BIBLIOGRAPHIE/GUIDE_LECTURE_1/CMMAD-Informe-Comision-Brundtland-sobre-Medio-Ambiente-Desarrollo.pdf
Naciones
Unidas (2012). La sostenibilidad del desarrollo a 20 años de
la cumbre para la tierra- Avances, brechas y lineamientos
estratégicos para América Latina y el Caribe. Naciones
Unidas.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/1428/1/S2012008_es.pdf
Naciones
Unidas (2015). Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de 2015.
Naciones Unidas.
https://www1.undp.org/content/undp/es/home/librarypage/mdg/the-millennium-development-goals-report-2015.html
Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (2001). “Declaración universal de la Unesco
sobre la diversidad cultural”. Sesión
de la Conferencia General de la UNESCO.
Recuperado de
http://www.oas.org/dil/esp/afrodescendientes_instrumentos_internacionales_Declaracion_Universal_UNESCO_diversidad_cultural.pdf
Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (2013). Informe
Mundial sobre Ciencias Sociales. Cambios ambientales globales.
Paris Francia: OECD. 610 pp.
Organización
Internacional del trabajo (2020). C107 – Convenio sobre
poblaciones indígenas y tribuales, 1957 (npum. 107), de la
página web Organización Internacional del trabajo.
https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=NORMLEXPUB:12100:0::NO::P12100_ILO_CODE:C107
Oswald,
Ú. (2012). Vulnerabilidad social en eventos
hidrometeorológicos extremos: una comparación entre los
huracanes Stan y Wilma en México. Revista
Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades, SOCIOTAM,
12 (2), 125-146. Recuperado de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65429255006
Periódico
Oficial del Estado de Chiapas (2015), Ley para la Adaptación y
Mitigación ante el Cambio Climático en el Estado de
Chiapas, Honorable Congreso del Estado de Chiapas. Recuperado de
https://www.congresochiapas.gob.mx/new/Info-Parlamentaria/ley%20para%20la%20adaptacion%20y%20mitigacion%20ante%20el%20cambio%20climatico%20en%20el%20estado%20de%20chiapas.pdf?v=Mg==
Rodríguez,
E. y Quintanilla, A. L. (2019). Relación ser
humano-naturaleza: Desarrollo, adaptabilidad y posicionamiento hacia
la búsqueda de bienestar subjetivo. Avances en Investigación
Agropecuaria, 23(3),7-22. ISSN: 0188-7890.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83762317002
Sanz.
E. (2021). La capa de ozono: Historia y evolución de la página
web Bbvaopenmind.
https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/medioambiente/la-capa-de-ozono-historia-y-evolucion/#:~:text=La%20mayor%20parte%20del%20ozono,y%20Henri%20Buison%2C%20en%201913.
Secretaría
del Ozono (2019). Manual del convenio de Viena para la Protección
Civil de la capa de Ozono (1985). Programa de las naciones unidas
para el medio ambiente.
https://ozone.unep.org/sites/default/files/2019-07/VC-Handbook-2019-Spanish.pdf
Secretaría
del Ozono (2020). Manual del protocolo de Montreal relativo a las
sustancias que agotan la Capa de Ozono. Programa de las naciones
unidas para el medio ambiente.
https://ozone.unep.org/sites/default/files/Handbooks/MP-Handbook-2020-Spanish.pdf
Secretaría
de Protección Civil (2021). Comunicado 117. PC brinda atención
a población durante lluvias de últimas horas.
Secretaría de Protección Civil del Estado de Chiapas.
Recuperado de
https://proteccioncivil.chiapas.gob.mx/pc-brinda-atencion-a-poblacion-durante-lluvias-de-ultimas-horas
Torres,
P., Cruz, J. y Acosta, R. (2011). Vulnerabilidad agroambiental frente
al cambio climático. Agendas de adaptación y sistemas
institucionales. Política
y Cultura,
36, 205-232. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/pdf/polcul/n36/n36a9.pdf
Valladares,
P. (2008). El
Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y su contribución
al Desarrollo Convencional del Derecho Internacional Humanitario en
los Comienzos del Siglo XXI. Curso
de Derecho Internacional.
Recuperado
de: http://www.oas.org/dil/esp/13%20-%20valladares.CV.LR.271-320.pdf
Wisner,
B., Fordham, M., Kelman, I., Johnston, B. R., Simon, D., Lavell, A.,
Brauch, H. G., Spring, U. O., Wilches-Chaux, G., Moench, M. y Weiner
D. (2017) Cambio climático y seguridad humana, Colectivo de
Análisis de Seguridad con Democracia.
https://www.casede.org/BibliotecaCasede/CCySH.pdf
Profesor de la Universidad
Autónoma de Chiapas. Escuela de Humanidades Campus IX. ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-9460-7764 Correo electrónico:
cesar.leina@unach.mx.
Profesora de la Universidad
Autónoma de Chiapas. Escuela de Gestión y
Autodesarrollo Indígena. ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-6339-1518. Correo electrónico:
elisacruzrueda@hotmail.com
Profesor de la Universidad
Autónoma de Chiapas. Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0581-3946. Correo
electrónico: leomesh@gmail.com.
1Agradecemos
a la instancia financiadora, a las autoridades comunitarias y a la
población en general por su participación en esta
investigación.
2
Laybourn-Langton, Rankin y Baxter analizan información
registrada desde 1850 a la fecha.
3
La información presentada en el artículo corresponde a
avances de investigación de este proyecto correspondiente al
municipio de Pijijiapan Chiapas.
HorizonTes
Territoriales, Vol. 2, Núm. 3, enero-junio 2022. Páginas:
1-28. ISSN: 2683-2895.
Se solicita
apoyo a las autoridades municipales, priorizando la atención
de alimentación, vestimenta y económica, sin
embargo, la ayuda no llega de inmediato siendo estos los primeros
respondientes.
Durante de la emergencia procuran resguardar
los bienes de las familias.
A
partir de la solicitud de apoyo a las autoridades municipales
priorizando la atención de alimentación, vestimenta
y económica, la ayuda no llega de inmediato siendo estos
los primeros respondientes. Instalaron un sistema de drenaje
comunitario para las inundaciones, cuando terminan las lluvias el
drenaje es funcional. Esta infraestructura realizada de manera
organizada con los albañiles de la localidad no cuenta con
la asesoría de ningún profesional y los gastos
económicos invertidos fueron costeados por los padres
jefes de familia de
la localidad.
En el terremoto,
comentaron que la población estaba temerosa, pensando que
se daría tsunami, muchas personas se enfermaron de
diabetes por el susto que estos se llevaron. De igual manera
expresaron que han recibido apoyo por parte de las autoridades,
pero no han sido suficientes para obtener su mejoría
Es necesario un estudio por parte del gobierno.
Atender
la apertura de la bocabarra, de lo contrario se agravará
la problemática.
Es necesario sembrar árboles
y reforestar en nuestros terrenos por ejemplo de 50 a 100
árboles.
Conservación de manglares y
reforestación de los mismos.
Controlar la
contaminación que se hace presente por otras
localidades.
Sensibilizar a toda la población para
sumarse en las acciones de prevención de esta
problemática.
Mejorar la información que
establecen los medios de comunicación que transmiten
mensajes erróneos o que se interpretan mal.
Es
necesario un estudio por parte del gobierno.
Atender
la apertura de la bocabarra, de lo contrario se agravará
la problemática.
Es necesario sembrar árboles
y reforestar en nuestros terrenos por ejemplo de 50 a 100
árboles.
Conservación de manglares y
reforestación de estos.
Controlar la
contaminación que se hace presente por otras
localidades.
Sensibilizar a toda la población para
sumarse en las acciones de prevención de esta
problemática.
Establecer un desazolve y compostura de los ríos,
con la participación del gobierno y la población,
toda vez que no cuentan con todos los recursos para poder
realizarlo.
Fortalecer la construcción de las
viviendas a orillas de los ríos.
Buscar a Dios.
Organizarnos
entre nosotros con los vecinos.